Caracas, 12 de junio de 2016.- Finalmente fue anunciada la fecha para la validación de las firmas necesarias para activar el Referéndum Revocatorio, la vía pacífica, electoral y constitucional propuesta para salir de esta terrible crisis.
Este camino apenas empieza, pero se ha tornado largo y pesado por la represión y la violencia con la que ha actuado el gobierno contra pueblo y políticos por igual. El gobierno no solo fue violento con Julio Borges, cuyo rostro sangrando y nariz fracturada es solo un ejemplo macabro de cuán lejos pueden llegar a ser los agentes de un gobierno que solo pregona violencia, también lo es con millones de venezolanos que merecen la vida digna que Maduro y su gobierno le niegan.
Esto no solo se trata de la violencia política, sino del maltrato que día a día padece nuestro pueblo. Familias mal alimentadas, niños que no reciben educación. Hombres que no consiguen trabajar, empresas que quiebran y adultos mayores que no consiguen sus medicamentos.
Este gobierno nos hace víctimas día a día de los vejámenes de su verbo y de la ineficiencia de su gestión.
Mientras tanto, la comunidad internacional, preocupada por lo que ocurre en nuestro país, insiste en proponer vías que conduzcan a la resolución del conflicto humanitario que hoy padecemos. La respuesta del gobierno de Maduro es clara, su único interés es permanecer en el poder, así ello implique destruir la nación.
Ante este panorama, es necesario el ejercicio de la política responsable. El diálogo, una comisión de la verdad, ni la paz, pueden ser tratados como eufemismos o el eslogan de una campaña comunicacional. Aquí se trata de la vida de 28 millones de personas. Y la mayoría de este pueblo dice, de todas las maneras posibles que está harto de sobrevivir, y quiere cambiar, vivir.
Por mucho que quieran condenarnos a la desesperanza y a la quiebra, la ruta está marcada dentro de la Constitución. Permitir el referéndum revocatorio es la negociación que el pueblo aspira.
Hemos aprendido a resistir, y lo seguiremos haciendo. Queremos un mañana distinto al de ayer.