Caracas, 01 de junio de 2014.- Las familias venezolanas sufren no uno, sino varios batacazos diariamente: Al bolsillo por lo caro que están los alimentos de la canasta básica. La inflación de nuestro país, la más elevada del mundo, se come nuestro salario, haciendo que no alcance y que cada día rinda menos. A los anaqueles de los supermercados, que siguen vacíos. Cuatro de cada 10 productos de la canasta básica no se consiguen. Al derecho a la salud establecido en la Constitución. Las medicinas que necesitamos no aparecen y los hospitales no están atendiendo oportuna y GRATUITAMENTE a los enfermos, por falta grave de insumos y médicos especializados. Al derecho a vivir tranquilo, ante el hampa desatada.
Adicionalmente, tenemos que -según el INE- entre finales de 2012 y finales de 2013 la cantidad de venezolanos en situación de pobreza aumentó un insólito 24% al incrementarse en casi 1,8 millones de compatriotas que no logran satisfacer sus necesidades básicas, para totalizar en 9,2 millones de venezolanos que viven en pobreza. Y peor aún, el número de venezolanos que viven en pobreza extrema, que no les alcanza ni siquiera para comer completo, aumentó un trágico 36% al incorporarse más de 737 mil compatriotas a esa dramática situación para alcanzar un total de 2,8 millones de pobres extremos.
Resulta totalmente inconcebible ver cómo se ha deteriorado el país, cuando los ingresos petroleros han sido los mayores de toda nuestra historia, al estimar los ingresos totales del Gobierno: ingresos ordinarios (venta del petróleo, recaudado del Islr y el IVA que pagamos todos), y los ingresos extraordinarios por una deuda que se ha incrementado de forma dramática, tanto del Gobierno como de Pdvsa, con casos insólitos como el Fondo Chino o los adelantos recientes por parte de empresas rusas. Al sumar absolutamente todo lo que ha ingresado al Gobierno en estos 15 años, se alcanza la astronómica cifra en el orden de un billón setecientos mil millones de dólares ($1.700.000.000.000). Eso significa que a cada familia venezolana le corresponderían unos 285.000 dólares, que a la tasa oficial del Sicad 2 significan la bicoca de 14.250.000 bolívares.