El mercado y la competencia son elementos centrales del orden económico y posibilitan la libertad a través de la descentralización del poder. A la libertad responsable le corresponde el mercado responsable como forma de organización de la economía. La competencia promueve la voluntad individual y la riqueza colectiva y sirve así, simultáneamente, al bien común.
Una economía vibrante se caracteriza por el surgimiento constante de nuevas empresas, producto de la voluntad de personas con sentido emprendedor que deciden arriesgar su patrimonio personal y financiero con el fin de convertir una idea en un negocio productivo para el bien propio y común. El Estado debe garantizar que ese proceso de “creación” se desarrolle sin contratiempos excesivos.
El Estado con frecuencia está presente donde no tiene que estarlo –administrando actividades productivas- y ausente donde tiene que estar presente – creando capital humano y generando bienes públicos, servicios básicos e institucionalidad. A través de la desregulación y la reducción de la burocracia, deseamos conseguir que el Estado se concentre en aquellas tareas que los particulares no pueden ni deben hacer por si solos para brindar respuesta oportuna y consistente a las demandas de los ciudadanos.
Los Teques, 24 de junio de 2015.- El secretario para el progreso educativo de Miranda, Juan Maragall, sostuvo una nueva reunión con representantes de distintas organizaciones sindicales de la entidad para discutir la situación presupuestaria y deudas que vive actualmente el estado con sus empleados.
Asumimos como una tarea esencial del liderazgo político la construcción de reglas de juego para organizar la convivencia pública. Éstas deben premiar el comportamiento adecuado y castigar los comportamientos al margen de la ley, minimizando su posibilidad de éxito. La esfera pública debe estar fundada en relaciones impersonales a través de la ley y del reconocimiento de la igualdad de derechos y deberes de todos los ciudadanos.
Estamos conscientes que la creación de instituciones debe ir acompañada de un cambio cultural que soporte y refuerce el respeto de las reglas de juego que hacen posible la convivencia social. La familia y la escuela deben jugar un papel fundamental en la formación cívica. La aplicación uniforme de la ley y el respeto a su majestad constituye la mejor forma de reforzar el círculo virtuoso de funcionamiento y credibilidad de las instituciones.
Para Primero Justicia, el capital social es el cemento de las instituciones.
La historia venezolana ha sido marcada por episodios tales como la independencia, la creación de la nación o la profundización de la democracia, que han tenido como protagonista la vida local y el poder del pueblo organizado. Por ello la descentralización es un tema fundamental para Primero Justicia.
La descentralización y el valor de la subsidiariedad van tomados de la mano. Ambos temas implican la coherencia de hacer de la persona humana el sujeto y fin de las instituciones políticas, pues suponen el acercar las decisiones públicas al ciudadano, garantizando un ejercicio de responsabilidad de cada sujeto sobre el bien común.
Primero Justicia cree firmemente que la descentralización debe llegar hasta los niveles más profundos de las comunidades organizadas para que sea posible el desarrollo del principio de la subsidiariedad de manera plena. De ese modo, las iniciativas para salir de la pobreza podrán nacer de una sociedad con tejido de capital humano esencial para que tengan éxito.
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