2.500 estudiantes que están en Irlanda deben analizar su estatus migratorio

Caracas, 23 de noviembre de 2014.- Con 40 horas a la semana de trabajo en el hogar de una familia irlandesa, Diana Gómez logra mantenerse en Dublín con una paga de 150 euros cada siete días, mucho menos de lo que gana un nativo del país. Compartiendo sus estudios de inglés con el de "babysitter" -hasta la niña le pega cuando grita-, hace lo imposible para soportar las cargas y el estrés, reacia a retornar a su natal Caracas.

 Diana es para Irlanda el reflejo de una estadística que ha sorprendido al Gobierno de esa nación europea: mientras en 2012 llegaron 594 venezolanos con visado de estudiante, en 2013 la cifra llegó al 400% más y alcanzó los 2.408. Como ella, a sus 26 años de edad, miles de jóvenes "cruzaron el charco" para cumplir "su sueño europeo", aunque para muchos terminó convirtiéndose en pesadilla.

Irlanda es un fenómeno de la emigración contemporánea, que fuera de EEUU o Reino Unido como sitios tradicionales para aprender inglés, hizo de ese país por sus leyes y beneficios, el lugar perfecto para realidad venezolana: trabajar y estudiar al mismo tiempo para, quizá, no retornar más a Venezuela.

Con el beneficio de que el control cambiario aún despachaba dólares por doquier, cientos de jóvenes venezolanos corrieron la voz desde Irlanda y desde 2011 comenzó un éxodo sobre todo a Dublín, que llegó al clímax en 2013.

En 2011 el Departamento de Justicia e Igualdad irlandés registró 444 venezolanos estudiando en el país, para en un año más tarde llegar a 594.

Los mismos objetivos

Con 25 años Eduardo Godoy, estudiante de Comunicación Social regresó de Dublín en enero de 2014, tras un año residiendo en la capital irlandesa. "Yo emigré por una razón principal: que el país ofrecía una visa que permitía trabajar y estudiar al mismo tiempo, algo más amigable que otras naciones europeas".

Como Godoy estuvo Diana, quien, sin embargo, no se benefició por completo del cupo estudiantil de Cadivi, ahora Cencoex. Ella solo recibió tres meses de la manutención hasta abril de 2014, y de allí en adelante tuvo que arreglárselas para mantenerse y terminar sus estudios de idiomas.

Los retrasos de Cencoex generaron que cientos de estudiantes perdieran sus cursos, se vieran obligados a retornar, y en otros extremos, permanecer en ese país a expensas de ayudas entre amigos hasta regularizar su situación.

Para 2011, 843 venezolanos decidieron residenciarse en Irlanda. En 2012 llegan 241 más, para un total de 1.084. Sin embargo, en 2013 ya eran 2.413 hombres y mujeres con pasaporte de Venezuela que emigraron a ese país, un aumento de 130%.

Ante la crisis generada con los estudiantes venezolanos por la suspensión de las manutenciones de Cencoex, la Cancillería irlandesa y el Consejo Irlandés para Estudiantes Extranjeros comunicó en julio que "desde comienzos de 2014, cinco escuelas privadas fueron cerradas por los problemas generados" desde Venezuela por las faltas de pago.

Posición de Dublín

Dublín se excusó que nunca cerró escuelas de idiomas, pero que sí inició investigaciones ante denuncias de fraudes migratorios, en el que podrían estar implicados venezolanos.

"Aquí quedamos como la zaga de los 'Juegos del Hambre' pero invertido, más hambre que juego... fue difícil pero no importa, decidimos quedarnos en Irlanda y muchos venezolanos seguirán aquí luchando", dice Diana convencida de que todo irá bien.

Por el momento, los cerca de 2.500 estudiantes que están en Irlanda deben comenzar a analizar su estatus migratorio, ya que a algunos se les vencerá el visado pronto y Dublín aplicará nuevos controles para documentación en 2015 que hará más complejo el proceso de emigrar o trabajar y estudiar al mismo tiempo.

Fuente: El Universal