En El Morro 246 familias temen desplome de edificios


Petare, 13 de octubre de 2014.- En marzo de 2014, cuando todos los intentos por mantener los terrenos estables fallaron, se ordenó el desalojo total de las 300 familias que quedaban en las terrazas 10, 11 y 12 del complejo urbanístico El Morro (Petare). Siete meses han pasado desde entonces y allí se mantienen 246 familias en edificios a medio demoler, sorteando el traqueteo de los suelos, la fetidez de cloacas estancadas, y la angustia que produce la lluvia.

"La opción es desalojo pero el proceso ha sido muy lento. ¿Qué más vamos a esperar, que se nos vengan los edificios encima?", cuestiona una vecina de la terraza 12. Allí las aguas residuales se han acumulado en los estacionamientos, lo cual se ha traducido en la inutilización de áreas comunes así como la aparición de 40 casos sospechosos de Chikungunya y enfermedades respiratorias.

El urbanismo fue levantado por ocho empresas contratistas de la Fundación Misión Hábitat (ente adscrito al Ministerio para Vivienda y Ecosocialismo), y los apartamentos se adjudicaron en el marco de la Gran Misión Vivienda a familias damnificadas y a la comunidad. Los terrenos en El Morro son geológicamente inestables y, con la llegada de los edificios, se adicionaron fallas en los drenajes y torrenteras, y se provocó la fractura de un tubo matriz de 24 pulgadas que en dos oportunidades ha colapsado la vía de Paulo VI.

La terraza 11 fue la primera en presentar problemas apenas cuatro meses después de la mudanza ocurrida en abril 2012. Ya para septiembre de 2013 se desplomó una pared en la planta baja del edificio 2 y se ordenó la salida a refugios de las 20 familias que lo habitaban; en noviembre del mismo año se pidió el desalojo de las torres 3 y 4.

Paralelamente habían empezado a resquebrajarse las estructuras en las terrazas 12 y 10 y en esta última uno de los edificios, conocido como "Titanic, se hundió sin ser ocupado.

Aunque la Fundación colocó 54 pilotes y una viga en la terraza 11, no se pudo paralizar el movimiento de tierras, lo cual obligó a decretar el desalojo definitivo de los 17 edificios de las tres terrazas. Los apartamentos desocupados fueron demolidos para evitar invasiones.

"Somos revolucionarios y exigimos nuestros derechos. Que el ministro Ricardo Molina venga a darnos la cara", agrega la vocera tras explicar que las alternativas ofrecidas hasta ahora son en Caucagua y Valles del Tuy. Se oponen porque sus empleos y escuelas están en Caracas, y también se niegan a ir a refugios.

Fuente: El Universal