Ángel Medina: Quizás triunfen los moderados


Caracas, 12 de febrero de 2021.- Vivimos un tiempo donde la humanidad siente que solo existen respuestas inconclusas frente a sus exigencias, en un mundo donde están a prueba los gobiernos al proponer rutas de soluciones a los problemas cada vez más complejos que enfrentan las sociedades, pero especialmente, en el que la Democracia como sistema político comienza a parecer anquilosada y poco práctica para los deseos casi en tiempo real que se van creando en muchos políticos y para los definitivos dilemas que las nuevas generaciones comienzan a hurgar sobre el orden social.

Este es un tiempo en el cual dictadores de toda índole se empiezan a ver y presentar como los grandes salvadores del mundo perdido, donde el populismo destructivo se erige como fuente de la verdad por encima incluso de la razón y se plantean las ideas simples como remedios caseros y mágicos para los problemas más complejos que atraviesa el ser humano.

Es el liderazgo que no entiende que el clima está pasando factura al esquema destructivo del progreso económico, ese que no cree en el COVID o no admite la crudeza y el reto que esto implica para el planeta a pesar de toda la parálisis del año 2020, es la manifestación nuevamente reforzada del espíritu racista, clasista, xenófobo y de división entre buenos y malos, entre la mentira y la verdad, son esas organizaciones, hombres y mujeres que están haciendo de sus ego una ruta política, que en muchos casos están haciendo daño o lamentablemente ya destruyeron gran parte de lo que había donde el caso venezolano es el más evidente.

En medio de esta vorágine de insensatez que persiste y muchas veces triunfa, pareciera que nuestra región tiene una nueva oportunidad para plantearse un proceso de vuelta – quizás radical- a la moderación y al equilibro en el ejercicio de la política y en el uso del poder delegado. Decimos que existe una nueva oportunidad porque este año 2021 viene de la mano con una buena cantidad de procesos electorales que podrían marcar de forma importante el destino próximo de muchas naciones, para este tiempo están al menos planteadas 5 elecciones presidenciales y 7 elecciones parlamentarias, pero además, tenemos la presencia del evento de la convención constitucional de Chile, todos podrían ser eventos que permitan destrancar los procesos de polarización que se pretende arraigar como una enfermedad en nuestros países, pueden ser vehículos que bajo la expresión de nuestros pueblos puedan lograr soluciones mediante el encuentro y no mediante la imposición.

Acabamos de ver la primera vuelta electoral en Ecuador y como nuevamente la sorpresa de los que al final mandan, que son los electores, podría llevar al poder en esta nación a un nuevo modo de ver la política, pero en contrasentido vemos cómo en Haití se presenta una demanda clara de que se produzca elecciones que niega quien se aferra al poder, son dos visiones de una misma región que vive y padece casi las mismas realidades.

Ojalá, la sabiduría final de los ciudadanos permitan el camino de una nueva construcción que nos aparte de los tiempos vividos de dogmas y fanatismos, la apuesta es simplemente una: que quizás triunfen los moderados.

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