Caracas, 09 de enero de 2019.- Desde el exilio muchos venezolanos vemos impotentes los cambios que se están dando y que por situaciones muy particulares pero ninguna cómoda, nos encontramos fuera del país, luchando otras batallas por subsistir. Muchos emigramos escapando de algo y buscando nuevas oportunidades, algunos con la decisión de cerrar un capítulo, otros con la convicción de volver cuando las condiciones estén. Y es que, aunque el país se nos hizo incómodo, angustiante y peligroso, sabemos que es por culpa de una camarilla de bandidos que se robaron el poder por 20 años y ahora, les llegó la hora de ser removidos; Emigrando aprendimos definitivamente a valorar aún más lo que por momento dejamos, lo que tuvimos y muchas veces no vimos, de la patria nos alejamos pero nunca abandonamos, muchos seguimos con los pies en tierras lejanas pero el corazón en Venezuela.

Estoy seguro que la inmensa mayoría añora volver, pero sin Maduro, sin dictadura, con garantías y reglas claras, muchos queremos volver con nuestros familiares y a nuestras casas, pero además de ello, otros queremos volver para reconstruir el país, para sumarnos al cambio necesario e ir extirpando los tumores revolucionarios, sabemos que hay muchos vicios y muchas cosas por cambiar esperan. La Venezuela después de Maduro, después de la Dictadura, será una gran oportunidad para reconstruirla hacia el país que merecemos, si hacemos cada uno lo que debemos, privilegiando siempre los intereses nacionales y olvidando un poco los particulares.

Ahora lo digo con conocimiento cierto, Venezuela es una tierra bendita, con miles de oportunidades y muy al contrario de los pesimistas yo creo que, si existe voluntad política, recuperaremos la patria más rápido de lo que muchos pensaban. Se siente en este momento la intención de ayuda de la comunidad internacional, Alimentos y medicinas que urgen, inmediatamente tendremos, una vez caída la Dictadura y si abrimos la economía, brindando garantías sobre la propiedad privada, con reglas claras, se reactivará el aparato productor nacional, habrá que fomentar a todo nivel la cultura del trabajo, habrá que incentivar pequeños semilleros de emprendimientos, todos debemos hacer algo y debemos olvidarnos de las dadivas, los subsidios que tanto daño nos hicieron, hay que establecer planes serios para reactivar la economía y volver a tener con orgullo lo “Hecho en Venezuela”

Creo que este año es la gran oportunidad, lo que haga la asamblea nacional, lo que asuman, lo que todos esperamos, desconocer y deponer del poder a la Dictadura, será el boleto que esperamos para volver a Venezuela.

Muchos soñamos el día que seamos miles a diario regresando, entre abrazos de afectos, entre ilusiones y sueños, entre el fin de la nostalgia y empezar una nueva etapa, pero esta vez en casa, muchos añoramos el hogar. Yo particularmente no me encuentro lejos del cielo de Puerto Cabello, me hace falta su olor a mar, extraño su gente y sobre todo lo que muchos queremos lograr para ese litoral, estoy convencido que tocamos fondo, pero con voluntad y justicia vamos a progresar.

Dios les de luces y sabiduría a quienes tiene la gran responsabilidad de representar esos cambios, Dios nos ilumine y no permita mas enfrentamiento y caos, Dios nos bendiga y nos enrumbe de la mejor manera hacia el cambio que todos anhelamos.

Dios nos permita a todos este 10 de enero aprovechar el boleto a Venezuela, La Venezuela de la Libertad.