Caracas, 18 de mayo de 2018.- Este domingo 20 de mayo no hay elecciones en Venezuela. Este domingo se configura la farsa programada por Maduro y sus cómplices, la más irresponsable es la señora Lucena, para mostrar al mundo cómo una dictadura aspira mantenerse en el poder sin contar con la libre opinión de los ciudadanos. El voto es algo sumamente importante. El voto es la expresión libérrima de cada uno de los ciudadanos para decidir el presente y el futuro de un país, de un estado, de un municipio. Que los venezolanos no podamos ejercer el voto y a través de él no podamos elegir, es una de las aberraciones más graves que debemos combatir.

Y eso es lo que estamos haciendo. Combatimos la farsa, la estafa, la trampa, la mojiganga del 20M. El término mojiganga me parece muy apropiado porque se refiere a una farsa representada con máscaras y disfraces grotescos en la que intervienen personajes ridículos o extravagantes. A eso hemos llegado en Venezuela, al intento de una dictadura de mostrar como elección un esperpento de proceso en el que lo que menos importa es la opinión de la gente que es opacada por el deseo desmedido por mantenerse en el poder, aunque no se cuente con apoyo de ese pueblo. 

A mis amigos que piensan que hay que hacer un último esfuerzo y por tanto debemos participar en esa farsa, a los que piensan que basta “votar” para ganar, quiero decirles que más allá de su buena intención, no hay forma alguna de que, con estas condiciones, pueda “ganar” alguien distinto a Maduro. Eso avala nuestra postura que no es abstencionismo porque eso no es una elección. He repetido con necia insistencia las realidades que impiden que a esto del 20M podamos llamarlo elección. Y soy de quienes piensan que las cosas no serán tan sencillas como creen algunos ilusionados por un milagro que no va a pasar.

El domingo 20 de mayo, la señora Tibisay Lucena dará un resultado que ya está decidido. Dirá que el señor Maduro sigue como presidente de la República y al otro día la crisis se profundizará. Ese 21 de mayo se incrementará la hiperinflación, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la inseguridad, la pésima prestación de servicios públicos, la calamidad y tragedia a la que han sometido a nuestra población. 

A partir del 21 de mayo se acelerará el deterioro de las bases que sustentan a esta nefasta dictadura. Los hechos irán tomando un ritmo cada vez más acelerado. La presión política, económica y social nacional crecerá vertiginosamente. La presión internacional crecerá de manera exponencial. El gobierno dictatorial de Maduro será rechazado y desconocido por el mundo entero. El señor Maduro seguirá huyendo hacia adelante y esto lo hará aislarse como nunca un gobierno venezolano lo ha estado en toda su historia. 

A los venezolanos les pido fortaleza. Seamos muy fuertes. Asumamos esta realidad con serenidad y compromiso. El momento difícil que se aproxima en nuestro país es un momento de quiebre. El gobierno dictatorial se va debilitando a paso acelerado. Las contradicciones internas tendrán también un rol en toda esta situación. La molestia creciente del pueblo será otro ingrediente importante a considerar. Así que es importante que todos asumamos el rol que nos corresponde. En nuestro caso, como dirigentes políticos tenemos la responsabilidad de orientar las acciones y la comunicación. Y a los ciudadanos nos corresponde asumir todo lo que pasa con optimismo, confianza, esperanza e ilusión.

Venezuela va a salir de esto. Venezuela va a lograr vencer a esta oprobiosa dictadura. Dios permita que la voracidad de poder de Maduro y sus cómplices ceda ante la impresionante presión nacional e internacional que se generará. Pero en cualquier circunstancia logremos terminar con esta pesadilla y nos corresponderá encaminar a nuestra patria por el sendero que todos anhelamos.