Anays Torres: Hagamos todos los días nuestro mayor y mejor esfuerzo


Caracas, 26 de agosto de 2017.- Pido permiso a Dios para empezar a escribir estas líneas, no estoy "curtida" en esta materia, pero creo oportuno y necesario hacerlo en este momento, quizá más para mí misma que para los demás, pero si sirven mis palabras para levantar el ánimo de al menos una sola persona, me sentiré satisfecha de ello.

Leí en días pasados la anécdota de un venezolano que estuvo 5 días aquí en Venezuela luego de estar en otro país latinoamericano durante 2 años y medio, en el cual describía sus sentimientos y la preocupación al venir de nuevo a ese país del cual tuvo que salir, caminó sin prendas llamativas para que no lo robaran, sin ninguna red social en el teléfono  para que no lo calificaran de "terrorista", con miedo de que supieran que vivía en el exterior y le fuesen a robar.

Venezuela es un país para amarlo y el hecho de tener miedo de venir a él o de "VIVIR" en él, debe llenarnos el alma de ganas de luchar y de esperanzas para seguir adelante. 

Tener sentimientos que he denominado con un criollismo muy natural en mí, de "encabronamiento legítimo" por todo lo que me rodea (llámense maduristas, opositores, políticos, MUD, o como sea) es como lo denomino: legítimo sentimiento. Lo que no podemos permitirnos que sea legítimo es la desesperanza, el desasosiego, la apatía. 

Quiero sentirme por siempre muy orgullosa de ser venezolana y para poder sentirme así por siempre no podré dejar de luchar, de animar, de motivar, de llorar y sentir todo lo que sufre esta patria, esta patria de TODOS. 

Que las diferencias y las dificultades del pais son demasiado notables? Que las calles están acabadas? Que se ve a la gente pasándola muy mal? Que hay una division y diferencia social grandisima?   Que hay gente muy pobre y gente muy rica? (tomando las palabras de esa persona que vino de visita a su propio país) Claro que si, sin embargo, no podemos olvidar la humildad, generosidad, calidez y simpatía del venezolano.

Ese venezolano, de visita,  indicaba que los buenos somos más.  Por supuesto que somos más, somos miles y miles, somos millones, por eso NO podemos dejar de luchar nunca. ¿Que tengamos momentos de "encabronamiento legítimo"? Qué bueno!!! Bravo!!!!

Nos secamos las lágrimas, nos vestimos con los colores de la patria y seguimos adelante, porque solo nuestra actitud ante la vida y ante los problemas será la clave para la solución, porque no existe una fórmula mágica para la solución, o mejor dicho sí existe y es Dios. Estoy convencida, y no digo CREO porque estoy CONVENCIDA, que además de actitud y lucha nos falta lo más importante, mucha oración y plegaria a nuestro Padre. Busquémoslo, que de seguro nos escuchará y ayudará.

Quiero luchar para que los supermercados estén abastecidos, pero sin  precios exorbitantes. Quiero calles donde no mueran cientos de hermanos, nuestros hermanos. Quiero calles puentes, avenidas, aeropuertos, puertos parques, plazas, teatros, de primera, de lujo. Quiero una Venezuela que YO y ustedes soñamos. Nos la merecemos. 

Ahora bien. Esos gobernantes que pudieron acabar con estas calles,carreteras y hasta con muchos hogares venezolanos,  jamás acabarán por nuestra esencia, con nuestro gentilicio ni con nuestros corazones.

Hagamos TODOS LOS DÍAS nuestro mejor y mayor esfuerzo.

También copio de ese escrito que menciono,el hecho de seguir adelante y con un espíritu inquebrantable y para que quienes se han tenido que ir, regresen a ayudar a reconstruir este píis.

Comprometernos a echarle mas bolas que nunca (copiado también) esa debe ser nuestra tarea y mas ninguna otra. Bueno también comprometernos a levantarle el ánimo a aquellos que amanezcan un día con el "encabronamiento legítimo"

Disculpen mis palabrotas de más, pero segura que muchos se sienten afines con ellas y solo esperando y necesitando que muchos nos ayuden a levantar el ánimo de aquellos que en su  justo y legítimo derecho, se sienten sin ganas...

¡Quiero mucho a mi Venezuela!

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