Alejandro Vivas: Decisiones de espalda al pueblo


Caracas, 11 de octubre de 2016.- El Gobierno se ha cansado de demostrarnos hasta la saciedad que no le importa y que no le interesa escuchar a los venezolanos, a menos que sea dentro de un ambiente controlado y dirigido por ellos.

Nicolás Maduro y sus voceros se encuentran alejados de los problemas, quieren vivir en una burbuja fuera de la realidad del país. Los escuchamos hablar de las bondades del sistema socialista que tiene pasando hambre a todos los venezolanos, menos a los ocupantes de Miraflores, hablan de la eficiencia de los CLAP, pero los ciudadanos de a pie, sabemos que no llegan o llegan recortados a conveniencia de los tramposos de turno.

Esta semana nuevamente el gobierno le metió la mano en los bolsillos de las familias venezolanas, su decisión de aumentar el pasaje para los transportistas es a todas luces una nueva demostración de que quienes están gobernando están de espaldas a los venezolanos y no los escuchan, no les importan.

El incremento del pasaje se da gracias a las presiones de un sector golpeado y desesperado por la falta de atención del Gobierno. Maduro y sus voceros quieren hacernos creer que fue un diálogo, pero en realidad es la medida que tomó el gobierno para neutralizar las protestas del sector que reclama por la escasez de los repuestos, por la inseguridad que cada día los golpea y por la inflación que no los deja comer.

Al decidir este aumento el Gobierno aplaca un foco de turbulencia, su decisión le daba un respiro a los transportistas; pero se le olvidó que al mismo tiempo le metía la mano a los bolsillos de la familia venezolana, sobre todo a las de escasos recursos, a aquellas familias que están en la cima de un sector popular que deben utilizar dos o tres medios de transporte para llegar al metro, a su trabajo, o a sus colegios.

En realidad, no lo olvidó, el Gobierno prefiere que sean los transportistas quienes den la cara por este incremento acordado con las autoridades; en todo caso, como ha ya ocurrido, cuando la molestia sea importante, dirá que los transportistas son quienes abusan, emitirá un “precio justo” y dirá que forma parte de la guerra económica; en la que ellos mismos no creen, porque saben que quienes están en guerra es el gobierno en contra de la gente, a la que está matando de hambre, miseria y desesperación.

Los venezolanos debemos tener presente que las soluciones a nuestros problemas no las vamos a alcanzar con un Gobierno que toma decisiones de espalda a los ciudadanos porque tiene miedo de escucharlos, que prefiere que el pueblo se muera de hambre a realizar una consulta popular y democrática que le diga a las autoridades que este no es el camino que los venezolanos queremos para nuestro país.

Esta es una de las razones que nos debe seguir impulsando a luchar día a día, para que el Referéndum Revocatorio sea fijado de una vez por todas y que se realice este mismo año.

Vamos a conquistar ese 20 por ciento, vamos a mostrar que somos millones de venezolanos quienes queremos un cambio electoral y democrático y vamos a presionar para que el Consejo Nacional Electoral realice el referéndum y las elecciones de gobernadores este mismo año, porque existe capacidad técnica y humana para ello.

Los venezolanos no estamos pidiendo un regalo del CNE, estamos exigiendo la activación de un Derecho Constitucional y debe hacerse de forma oportuna, atendiendo las necesidades del pueblo. Las rectoras del CNE tienen la obligación y la responsabilidad de permitir la participación y la elección del futuro de Venezuela por parte de los mismos venezolanos.

Es el momento de dar la cara y aceptar que el país cambió y ese cambio debe reflejarse en un gobierno de Unidad y Salvación de la patria, un gobierno que no puede seguir estando secuestrado por una cúpula de fracasados y de corruptos.

Un Gobierno que debe dar respuesta a las necesidades de los venezolanos, promoviendo la producción nacional para que se acabe la escasez y las colas comiencen a desaparecer, que de seguridad para que los empresarios vuelvan a invertir en el país, pero también para que los ciudadanos podamos volver a las calles sin miedo a disfrutar de nuestra hermosa Venezuela.

Este 26, 27 y 28 de octubre, los venezolanos estamos llamados a poner las piedras fundacionales de esa patria hermosa, de este país de esperanza y progreso que vamos a construir con el esfuerzo y la participación de todos, sin exclusión y con la esperanza que nuestros hijos vivirán en un país mejor al que nos tocó vivir.

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