Wilfredo Roos: ¿Qué es la hiperinflación?


Valencia, 08 de septiembre de 2015.- Hoy en día los venezolanos vemos con bastante preocupación cómo los precios de los diferentes productos y servicios suben mensualmente, semanalmente y hasta en casos muy puntuales, diariamente. Este incremento en los precios dificulta la compra de productos básicos para nuestra subsistencia, tales como alimentos, medicinas, ropa, calzados, servicios del hogar, etc. Todos sabemos que la inflación es un proceso económico que significa  aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un período de tiempo, generalmente un año . Esto quiere decir que si los precios de los bienes aumentan, con cada bolívar se adquirirán menos productos y servicios. La inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de una moneda. Ahora bien, la hiperinflación es una inflación más elevada, fuera de control, en la que los precios aumentan rápidamente al mismo tiempo que la moneda pierde su valor real y la población tiene una evidente reducción en su patrimonio monetario. Esto quiere decir que la hiperinflación destruye con más rapidez nuestro poder de compra, y por supuesto, la economía en su conjunto. Otras definiciones de hiperinflación establecen una tasa de inflación de 100% a lo largo de tres años, a inflación mayor de 50% al mes, según el economista Philip Cagan en su trabajo  La dinámica monetaria de la hiperinflación en 1956. Sin embargo, la mayoría de los economistas monetarios definen la hiperinflación como  un ciclo inflacionario sin tendencia al equilibrio como consecuencia de una depresión económica, guerras, trastornos sociales o políticos.

De acuerdo a estas definiciones no se puede concluir que en Venezuela exista una hiperinflación, ya que no se conocen con certeza ni con carácter oficial las estadísticas del comportamiento del Índice Nacional de Precios al Consumidor (Inpc) por parte del Banco Central de Venezuela (BCV). Ya van ocho meses de silencio por parte del BCV violando todos los preceptos constitucionales y acuerdos internacionales en materia de información económica. Sin embargo, los venezolanos día a día, semana a semana, mes a mes tienen la percepción de que los precios suben significativamente y sin ningún tipo de control cuando se dirigen a un supermercado o algún establecimiento comercial. La semana pasada el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) publicó el valor de la canasta alimentaria para el mes de julio en Bs. 28.363,22 cuya velocidad de crecimiento en los precios fue de 32,6% con respecto al mes de junio, la más alta en los últimos 20 años. Si comparamos este valor con el salario mínimo actual de Bs. 7.421,67, representaría apenas un 26,16%, es decir, se necesitarían 3,8 salarios mínimos para adquirir solo la compra de alimentos.

En Venezuela no hay guerra ni conflicto bélico alguno que diera lugar a una hiperinflación claramente definida. Lo que existe en la actualidad es la consecuencia de una mala conducción de la economía por parte del Gobierno. Un modelo económico errado que ahoga a los diferentes agentes económicos en todas las cadenas de producción, suministro y consumo. Un control de cambio estéril que perjudica el desarrollo y crecimiento del sector productivo nacional cuyas principales materias primas e insumos dependen del exterior y un control de precios absurdo que limita la capacidad de producción y promueve la escasez. Un BCV a la orden del Gobierno en la impresión de dinero sin ningún respaldo productivo y sin ningún tipo de control en el crecimiento de la liquidez monetaria agrava la situación de inflación. Un Gobierno sin pronunciamiento en materia fiscal que disminuya su gasto corriente, que reestructure su deuda externa e interna, que respete la propiedad privada y que brinde seguridad jurídica en todos los niveles de inversión; sin ninguna de estas acciones en materia económica es muy probable que un escenario con hiperinflación esté muy cerca, con consecuencias mucho más graves que la situación actual, que en la mayoría de los casos se refleja en lo social y en lo político. Señores del Gobierno, actúen con responsabilidad y de inmediato con medidas económicas claras y coherentes, vitales y necesarias en estos momentos difíciles que están ahogando a la familia venezolana, antes de que sea demasiado tarde.

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