Caracas, 03 de febrero de 2015.- ¿Quién no ha entrado alguna vez a un Farmatodo y en sus pasillos ha encontrado algún producto que necesita para su familia? ¿Quién no reconoce sus famosas tiendas con logo azul como un símbolo de buen servicio? Farmatodo es un ejemplo de emprendimiento; el resultado del esfuerzo de una familia venezolana que desde ayer ve su futuro en riesgo por la fatal arrogancia de quienes pretenden planificar todos los aspectos de nuestras vidas.

Hace casi un siglo los fundadores de esta cadena de farmacias abrieron su primera tienda y fueron expandiendo su operación hasta lograr abrir 167 sucursales en todo nuestro país. Con dedicación y sorteando dificultades, Farmatodo se convirtió en una empresa líder en su categoría, no sólo por ofrecer un servicio de calidad, sino por contar con más de 8.000 empleados que hoy no saben qué será de su futuro.

El gobierno nacional, en su empeño por controlar todos los sectores de la sociedad y en una actitud a todas luces irresponsable, en lugar de ocuparse de resolver la crisis económica en la que nos tienen sumergidos, está empecinado en querer profundizarla con políticas económicas ineficaces. ¿Quién en su sano juicio puede creer que las colas a las afueras de los Farmatodo o de cualquier supermercado son culpa de sus dueños? ¿Por qué no vamos a la verdadera raíz del problema?: Venezuela no produce casi nada de lo que consume. Atacar a la empresa privada y pretender que toda la cadena de bienes y servicios sea controlada por el Estado, es avanzar aceleradamente hacia un sistema que solo ha producido miseria en todos los países en que ha sido aplicado.

En lo personal deseo una Venezuela donde sector privado y gobierno se den la mano; en el que los incentivos para los emprendedores sean cada vez más atractivos; en el que la inversión sea bienvenida a nuestras tierras y donde existan miles de empresas como Farmatodo. Cada vez somos más los venezolanos comprometidos con ese país, esa Venezuela que no es sólo un sueño y que más temprano que tarde será realidad.