Caracas, 11 de diciembre de 2014.- Comienza el 2015, un año no solo electoral, sino con altas probabilidades de ser un año de definiciones clave para el país.

El debate debe tener un solo punto de discusión, que es los problemas que enfrenta el venezolano día a día para subsistir en una Venezuela que luce cada vez con menos oportunidades y, del mismo modo, debemos tener todos un solo objetivo, lograr una nueva mayoría que se traduzca en el triunfo de la Asamblea Nacional.

Llegó el momento de dejar de lado las diferencias que dentro de la pluralidad de pensamiento pueden existir, apartar las incomodidades que se generan por las subidas de volumen en el debate estéril por demás de quién es más fuerte en la Unidad y entender que lo que nos hace fuerte es estar unidos.

Llegó el momento también de cerrar el debate de procesos que no coinciden con la meta de la Asamblea Nacional, llámese Constituyente, salida o lo que sea, comprendamos que todo esfuerzo que dispersa atención y diluye esfuerzos, solo beneficia a este nefasto Gobierno y distrae la atención real de donde debe estar el foco puesto.

Pero por encima de todo, llegó el momento de comprender que en el 2015 no se elegirá ni alcaldes, ni gobernadores ni mucho menos Presidente de la República, que no tiene sentido, repito, no tiene sentido atacarnos entre nosotros mismos cuando: 1) eso no lleva a nada ni da ganancias dentro de la unidad y menos de los que debemos convencer, 2) no estimula para nada que sumemos nuevas voluntades, 3) se convierte en un desgaste de esfuerzo, 4) nos quemamos nosotros mismos nuestras piezas de oro, cuando cada vez es más difícil tenerlas.

De tal manera, intentemos por todas las vías de fortalecer la Unidad, sepamos cortesmente mandar al carajo todo aquello que la perjudique y aprovechemos el inicio de un año nuevo, que puede ser de triunfo si lo hacemos bien, para darnos la mano y avanzar como nueva mayoría popular en Venezuela. Si lo hacemos bien, el resultado será impresionante.