Carirubana, 27 de noviembre de 2014.- No es secreto para nadie que Venezuela fue, en el Siglo XX, víctima de uno de los peores prejuicios de la historia: la antipolítica. Los jóvenes de los 80s escucharon de sus madres la frase "no entres en política porque te manchas", y fue partiendo de esta frase que una generación comenzó a distanciarse del tema con mayor relevancia en su futuro: la política.

En esa misma década, mientras jóvenes con una pancarta frenaban un tanque y marchaban contra el abuso y el autoritarismo de la extrema izquierda soviética en Polonia. Mientras los jóvenes, en Alemania, tumbaban con sus propias manos el muro de Berlín, y en Sudáfrica alzaban la voz en defensa de la igualdad étnica... los jóvenes venezolanos indiferentes y apáticos estaban divorciados del tema.

¿Cuál fue el resultado? Sólo los peores se quedaron en la política y hoy los peores gobiernan Venezuela.

Hay prejuicios que matan, y en los últimos 15años las consecuencias del prejuicio de la antipolítica le ha costado la vida a 210mil venezolanos, ha cerrado medios de comunicación, nos llevó a la inflación más alta del mundo, a la escasez de comida más grande del planeta y a la oleada emigratoria más elevada de nuestra historia.

No estamos condenados ni al éxito ni al fracaso, a lo único que estamos condenados es a nosotros mismos. Cambiar esto no será fácil, pero depende de nosotros. Y llegó la hora de decir basta, de romper con los prejuicios, de quebrar los paradigmas, de innovar, de que los venezolanos, y sobre todo los jóvenes que no participaron en los debates ideológicos del siglo pasado, que la única idea que tienen es la de una Venezuela moderna donde puedan prosperar y ser felices; asuman la defensa de su idea como bandera propia y alcen su voz frente al abuso y al fracaso de este gobierno de los peores para lograr el cambio que desde hace rato venimos necesitando todos.