Carirubana, 23 de octubre de 2014.- No existen dictaduras de izquierda y dictaduras de derecha, simplemente existen dictaduras. No hay bandera ideológica que sirva de excusa para poner todas las instituciones de un Estado al servicio del partido de gobierno, para perseguir, someter y asesinar a quienes piensan distinto; son crímenes que atentan contra la vida democrática de cualquier sociedad moderna y deben ser condenados por todos.

Si algo ha dejado claro la historia es que los extremos se tocan, incluso se retroalimentan y necesitan del otro para coexistir. Son muchas más las cosas que les generan cercanía que distancia, por eso en el Siglo XX vimos a Fidel y a Pinochet compartir juntos un desfile militar, cuando ideológicamente decían ser diametralmente opuestos.

Hoy, algunos pretenden distorsionarnos la realidad y hacernos creer que al mismo tiempo de satanizar a Pinochet, debemos aceptar los abusos de los Castros y ver su dictadura como "políticamente válida". Nada más alejado de la realidad.

Tú los conoces, son los mismos que todos los Septiembres conmemoran y condenan el golpe de Estado del que fue víctima Salvador Allende, pero todos los Febreros celebran con fuegos artificiales otro golpe. Son los mismos que se quejan de los monopolios mediáticos, y apenas llegan al poder, comienzan a cerrar y comprar medios de comunicación convencionales para conformar una nueva hegemonía comunicacional a su servicio. Los mismos que se solidarizaron con los campamentos de estudiantes que clamaban cambios en España, pero condenaron los campamentos estudiantiles que clamaban cambios igual de legítimos en Venezuela. Los mismos que condenan monarquías por considerarlas anti-democráticas, pero celebran teocracias misóginas como las del régimen iraní. Los mismos que dicen apoyar las luchas de la sexodiversidad, pero a la hora de ofender a un adversario político lo hacen con insultos homofóbicos. Son los mismos que alzaron su voz por los 2mil muertos en la franja de Gaza, mientras guardaban silencio cómplice con los 200mil muertos en Siria. Escondiendo con pobre audacia, que en realidad no les interesan ni los muertos ni el hambre ni las injusticias, de hecho; necesitan cadáveres, hambre y opresión en determinadas partes del mundo para hacer con ello politiquería convencional sin sentir el menor respeto por nadie.

Si sientes que a tu país los gobiernan precisamente inmorales como estos, debes comenzar a trabajar de inmediato por un cambio.

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