Caracas, 28 de agosto de 2014.- Cuando un turista extranjero llegue a Venezuela y lo primero que se encuentre en el aeropuerto no sea una valla de un personaje político sino algo sobre las bellezas naturales del país y que en esa misma terminal aérea cuente con las condiciones de seguridad y servicios que lo hagan sentir que está de vacaciones, sin riesgo alguno en su traslado hasta el hotel y que su equipaje sea respetado, allí tendremos un turismo chévere.

Cuando un turista venezolano se monte en su carro, pueda agarrar carretera, sin poner en riesgo su vida y la de su familia, sin pensar que si un caucho se explota es el final de su existencia, con autopistas acordes a un país petrolero, con señalización, iluminación y servicios públicos, allí tendremos un turismo chévere.

Cuando un turista sienta que puede estar tranquilo en sitios de esparcimiento, que vea la vigilancia y que esta respete realmente su oficio, que le puedan pasar cosas que ocurren hasta en otros países como que dejaste olvidado un teléfono y te devuelves y lo encuentras, o que nadie se meterá con tus pertenencias, allí tendremos un turismo chévere.

Cuando una pareja pueda bañarse al mismo tiempo en la playa, sin que sienta que no pueden dejar sus pertenencias solas ya que se las llevan, con la tranquilidad de que los amigos de lo ajeno no estén esperando para ratear aquello que por descuido de estar relajado no miras, allí tendremos un turismo chévere.

Cuando los turistas lleguen a un parque nacional y lo encuentren realmente atendido por el Gobierno, con limpieza en todas sus áreas, con seguridad en los estacionamientos para que no te destrocen un vidrio del carro para sacarte la maleta y que exista inversión pública y privada para generar mejores espacios de recreación y esparcimiento, allí tendremos un turismo chévere.

Podrán gastar millones en campañas, pero la Venezuela turística que todos queremos, donde propios y extranjeros puedan disfrutar de sus maravillas naturales y donde el venezolano pueda vivir del turismo, necesita cosas más serias que un slogan y un símbolo publicitario. Mucho se podría hacer en nuestra hermosa nación, pero todo pasa por atender realmente los problemas.