Caracas, 14 de julio de 2014.- Se acaba la Copa del Mundo. Escribimos estas líneas con la final definida pero sin ganador todavía. Ustedes lo sabrán antes o después de leer estas líneas. Pero con ese juego también se van consumiendo los días que se auto dio Maduro para reestructurar a su gabinete. Para recomponer el rumbo del país. Y si bien eso no lo dijo pues es obvio que debe pensarlo para anunciar algo así.

Y esa es una promesa que ya sabemos que no podrá cumplir. En su ya característica incontinencia verbal no aguantó el plazo para comenzar a ratificar algunos de los ministros que nos hacen adelantar lo que viene: ¡más de lo mismo!

Este gobierno se ha caracterizado por eso. Por jugar siempre con las mismas barajitas. Enroscar ministros, cambiarlos de un lugar para otro, buscarse soluciones para ellos y sus chambas en vez de pensar en el país. Y ante todo son así. Vivimos al son de las improvisaciones y bajo una eterna contradicción entre lo que dicen y lo que hacen. Siempre alejados de la solución del problema.

Veamos algunos ejemplos claros: en el país hay una grave crisis por falta de importación de medicinas para atender al ganado y producir más carne; y en la AN solicitan un crédito para importar carne de otros países, en vez de dedicarse a resolver el problema de raíz.

Igual ocurre con la crisis de las aerolíneas. Cada día que pasa miles de personas pierden empleos, pero según Ramírez el problema es que los aviones desviaban ruta para Brasil por el Mundial. Así, lo que parece un chiste se convierte en la realidad que nos destroza como sociedad, que nos convierte en un país retrasado, detenido en el tiempo, con poco progreso. Un gobierno retrógrado y trasnochado es el que lleva a este país a su peor deterioro.

Y esto se ve. El país se detiene. Vemos como lejana la felicidad y el colorido que pueden exhibir los vecinos. Sabemos que la alegría no es solo brasileña, pero vemos cómo perdemos la nuestra. No estamos perdiendo el Mundial sino nuestro futuro. Y ante eso hay que reaccionar. 

Mientras el gobierno hace de las suyas, y otros en la oposición buscan destruir la plataforma unitaria que tanto nos costó construir, existen millones de jóvenes en Venezuela esperando un cambio. 

La UCAB ha publicado recientemente una encuesta sobre juventudes y resulta revelador que 4 de cada 5 jóvenes en Venezuela se interese por la política. Eso nos estimula a seguir luchando por ofrecerles un mejor país. Han sido meses muy duros de ataques, confrontaciones y en los que se ha intentado destrozar el ejercicio de la protesta y de la política. Pero esos cientos de miles de jóvenes dispuestos a apostar por el progreso del país deben ser el norte que nos anima a seguir luchando.