Armando Briquet: Entre sables


Caracas, 06 de julio de 2014.- "Si en el trabajo que se nos ha confiado a todos en esta Patria de todos, no ponemos sino codicia, demagogia, egoísmo oligárquico o encendida pasión, la herencia que dejaremos a los que vienen a encontrarnos, será la soledad". Andrés Eloy Blanco.

A propósito de la celebración de los 203 años de la firma de nuestra acta de Independencia creemos que es necesario poner sobre el tapete algunas reflexiones que nunca sobran acerca del giro que ha tomado nuestro país en los últimos 15 años.

Desde que Hugo Chávez asumió el poder, la militarización de nuestro país se hizo inminente. Y por militarización entendemos una forma de ser, una concepción de la vida que va más allá de usar uniforme y dar órdenes. La estructura del Estado fue tornándose un asunto de jerarquías, batallas, y términos guerreros que para nada representan un avance en el desarrollo de nuestro país y en nuestra evolución como sociedad. Hasta las elecciones, ese acto que nos ratifica nuestro carácter de nación democrática, se convirtieron en batallas militares, precisamente, esa forma de gobierno que fue derrocada por 1958 y representada en Marcos Pérez Jiménez. Luego de 15 años y con el desenlace ya conocido, Nicolás Maduro, un civil, asumió la Presidencia. Tal parecía que esa "militarización" de la República iba a ceder un poco. Pero no, se ha recrudecido el asunto.

Muchos dirán que nuestros próceres tuvieron que tomar las armas para lograr la libertad de nuestro país, pero 203 años después no pueden asumirse los asuntos del Estado como si de una guerra se tratara. Si en algo existe riqueza es en el lenguaje civil, en la construcción de una sociedad de ciudadanos, y no de súbditos. Esa lucha fue librada hace siglos por nuestros antepasados y hoy la debimos seguir dando.

Otros dirán que no debe haber enfrentamiento, sino una integración cívico-militar. Estamos de acuerdo, integración entendida como la convivencia, y el respeto al espacio de cada uno. Integración para la conformación de un todo, un país, una nación en la que cada sector, el cívico, y el militar, ocupen su espacio y cumplan su función. Pero no, tal parece que para este gobierno la integración es una especie de absorción. El partido de gobierno confunde las siglas PSUV con FANB.

¿Será que Maduro no quiere ser civil? Parece que ese es su drama diario. Reforzar el error cometido previamente por Chávez y su militarización de nuestra vida.

Basta de que nos dejemos seguir imponiendo los complejos de otros, peor aún, basta de que nos gobiernen grupos que desatan sus complejos en el pueblo.

blog comments powered by Disqus