Caracas, 05 de julio de 2014.- Como viene ocurriendo especialmente durante los últimos 15 años, cuando el guiso en la administración ha alcanzado niveles  tan evidentes de putrefacción, ejemplarizado en el tristemente célebre caso de la mil millonaria pérdida en dólares por causa de irregulares manejos en importaciones de alimentos por parte de PDVAL, el régimen se nos presenta ahora con toda  su intención de seguir aplicando medidas de inspiración culinaria en la exprimida economía nacional.

Y, a tono con esa tendencia, pareciera que la contratación de otro cubano, Orlando Borrego,  para las funciones de asesoramiento en el tema económico al más alto nivel, va por el mismo camino de seguir exponiendo al fuego, en la cocina de Miraflores,  a la gran hoya en la que tienen convertido al país, mediante recetas al gusto del paladar chavista; pues según se conoce, el septuagenario inspirador de las políticas económicas que hoy mantienen a la isla caribeña en un hervidero, es apodado en esa nación como “Vinagreta”

Borrego, como es bien conocido por su estrecha vinculación con el  “Che” Guevara en el inicio de la revolución cubana y quien contribuyó a sentar las bases de la fracasada economía cubana, vendrá a constituirse prácticamente en el  sucesor ideológico de Jorge Giordani en el gabinete de Maduro, de acuerdo al cual es malo ser capitalista, pero muy bueno beneficiarse de sus ganancias.

De sus recetas, podrá deducirse por su apodo, solo conseguiríamos agregar más zumo de limón y picante a una economía sometida, cual mero, al ácido que la convierte en ceviche; y no faltaría el agregado que podría aportar ese personaje tan vinculado al  gobierno  y al poder legislativo, señalado por alguien de su propia tribu como fue Mario Silva, como el pimentón que está presente en los grandes guisos desde las alturas del poder.

De manera que, muy lastimosamente, quienes puedan pensar en la posibilidad de un viraje como el que aspira la mayoría de los venezolanos, de poder conseguir en las farmacias la medicina que requiere para su salud; los alimentos que necesita para su propia subsistencia; los servicios públicos que faciliten su desenvolvimiento en la sociedad; una justicia realmente ciega y no dependiente; y, entre otras,  la posibilidad de poder viajar y comprar lo que les plazca, que se vayan olvidando del tango, como acostumbramos  a expresar; pues,  ahora si es verdad que Venezuela es otra, y con posibilidades de empeorar con las recetas que cada día se le vienen aplicando.

Es por ello, una vez más, nuestro planteamiento en el sentido de llamar a todos los venezolanos que aspiramos a una Venezuela realmente digna, a asumir de una manera contundente nuestra responsabilidad como ciudadanos de este país, por el rescate de la institucionalidad y de nuestra propia soberanía como nación, hoy sometida a los designios del régimen cubano.

Y todo ello solo podrá ser posible, mediante la autentica unificación de propósitos y desprendimiento de intereses grupales y personales, Solo juntos podremos evitar que Venezuela se mantenga en la sartén de quienes pretenden cocinarnos a la “Vinagreta”.