Caracas, 04 de julio de 2014.- Es peor el remedio que la enfermedad, el programa Gran Misión Vivienda Venezuela, no sólo ha causado gran desabastecimiento en el sector ferretero, por la escasez de productos como el cemento y cabillas que forman parte de la lista de rubros inexistente en nuestro país. Se ha convertido además en un nido de preocupaciones y desgracias para muchos.  El diseño aprobado por el Ejecutivo Nacional para la elaboración de estas edificaciones,  ha generado caos, por la mala planificación arquitectónica que poseen estas construcciones. Estos modelos de viviendas no fueron pensadas en función a brindar mejor calidad de vida y mayor seguridad a los ciudadanos, la realidad es que son espacios incontrolables, donde reina la violencia y cualquier cantidad de hechos delictivos que forman parte del día a día de sus habitantes.

Tal es el caso de familias que deben aceptar sin mayor quejas, que vándalos suban sus motos en los ascensores porque no tienen estacionamiento para parquear las mismas, robos y abusos en los largos pasillos que poseen esas inmensas edificaciones, y la falta de patrullaje o presencia policial que brinde al menos un mínimo de sensación de seguridad por esos sectores.  Los riesgos que presentan los vecinos son tan igual o peor que los que probablemente podían tener en sus sectores de origen, no sabemos realmente que es peor, si el riesgo de la naturaleza o estos laberintos adjudicados por El  Estado.

Continuamos entonces una vez más, frente a un gobierno lleno de políticas mediocres que no hace más que engañar al pueblo, con proyectos vulgares diseñados para cubrir momentos políticos y ocultar el sin fin de problemas que padece nuestro país. Finalmente más de lo mismo, promesas que ni ellos mismos se encuentran convencidos de poder cumplir y mientras tanto crece el número de  damnificados y refugiados a la espera de lo que creen, es la vivienda digna que tiene este gobierno corrupto para ellos.