Tomás Guanipa: ¿Cuál gobierno de calle?


Caracas, 01 de julio de 2014.- Continúa la demagogia y seguimos hacia el barranco. Nicolás Maduro inició una segunda fase del Gobierno de Calle, sin haber cumplido con lo que prometió en la primera, esto representa una nueva burla a los venezolanos; el mejor ejemplo lo vimos este fin de semana en los estados Yaracuy y Portuguesa, allá pudimos visitar y recibir, por parte de las comunidades, varias denuncias de obras que fueron prometidas y no cumplidas. Pero me parece importante destacar tres razones de peso, que impedirán al Gobierno cumplir sus compromisos con la gente.

La primera es por la inmensa, y cada vez más evidente, corrupción que hay dentro del Gobierno. Entre las denuncias más importantes que recibimos en Yaracuy, está la aprobación de 20 millones de bolívares para la construcción de un liceo en el municipio Bruzual durante el 2013; se gastaron los recursos y a la fecha de hoy no han puesto la primera piedra. La segunda es que ya no hay dinero para ejecutar proyectos, porque el modelo económico que han aplicado, durante los últimos años, arruinó al país, acabó con el aparato productivo nacional y endeudó a la nación; razón por la cual, ahora no cuentan con los recursos para pagar las deudas que tienen con los distintos factores que dinamizan la economía.

Y la tercera razón por la que están imposibilitados para honrar los compromisos que hacen con el pueblo, es la improvisación demagógica y electorera con la que se prometen las obras. El mismo Jorge Giordani, en su polémica carta, afirmó que "el Gobierno de Calle había conllevado a desembolsos de dinero improvisados y que no tenían tipo de planificación". Con esto no estoy reivindicando al exministro responsable del modelo económico que ha empobrecido aceleradamente a los venezolanos. Si hacemos una comparación de los precios de los productos ahorita con los precios que tenían en el 2008, cuando inició el "Bolívar Fuerte", vamos a ver un incremento de 512%, cifra escandalosa de la que nadie habla ni presenta explicaciones. 

El Gobierno está atravesando severos problemas internos que cada vez son más visibles y la inconformidad de los llamados "teóricos de la izquierda" es inocultable. A raíz de estos quiebres se ha confirmado que en Venezuela está prácticamente prohibido disentir del pensamiento de quienes hoy gobiernan; pero esto es mal visto incluso por la población que simpatiza con el oficialismo. En los próximos días seguro veremos otras críticas públicas a Maduro y Diosdado Cabello. Mientras eso ocurre en el lado rojo, la oposición debe estar en la calle siendo los portavoces de los problemas de la gente y llevando un mensaje de progreso e inclusión; es así como se lograrán los cambios en el país.

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