Jorge Millán: ¿Quién paga los platos rotos?


Caracas, 30 de junio de 2014.- Esta revolución que ha engañado a parte importante de la nación empieza a enseñar su verdadero rostro. Seguramente muchos lectores dirán que ellos nunca fueron engañados, porque siempre supieron a qué atenerse con el oficialismo. Sin embargo, son muchos los que desde sus inicios y por diversas razones fueron embaucados. Ciertamente, unos vieron señales tempranas que los hicieron desligarse del proceso, pero una inmensurable cantidad de dinero, supuestamente dirigida a los sectores populares, lograron construir en el imaginario de muchos otros compatriotas, la impresión que éste era un gobierno para ellos, para los desvalidos, para los que menos tienen, para los pobres que fueron  olvidados por los distintos gobiernos.

Ahora bien, este dinero que debió ser destinado a mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo y generar justicia social, en su mayoría terminó desvanecida gracias a la corrupción imperante del régimen, yendo a parar a los bolsillos de boliburgueses y enchufados que hoy conforman una casta de nuevos ricos como nunca había existido en Venezuela.

La tan cacareada atención y entrega a los  pobres del país fue un espejismo, y al hacerse visibles las fallas del modelo han empezado a caerse las mascaras. Así podemos citar las confesiones de importantes voceros  oficialistas como Jorge Giordani y Héctor Rodríguez que nos permiten conocer el verdadero pensamiento del Psuv acerca del valor que le dan al pueblo venezolano. A ver amigo lector, recuerdan aquellas palabras expresadas por Giordani al Gral. Guaicaipuro Lameda en el año 2002 que decían: “Para sostener la revolución a los pobres hay que mantenerlos pobres por mucho tiempo, porque ése es el piso político de la revolución. Si nosotros acabamos con la pobreza y los pobres pasan a ser clase media, toda esa gente que se convierta en clase media será el enemigo a combatir y serán la mayoría”, por otra parte el ministro de educación Héctor Rodríguez recientemente afirmó públicamente que: “no sacáremos a la gente de la pobreza para que luego sea clase media y se conviertan en escuálidos”, negándole la posibilidad a los pobres de superarse porque eso les podría modificar su preferencia política. Adicionalmente, Giordani vuelve a ratificar el poco valor que tiene el pueblo venezolano para la revolución chavecista al referirnos en carta al país cómo junto a sus antiguos cómplices, decidieron hacer la mayor estafa que haya sufrido la Nación, combinándose para quebrar el país con el objeto de mantenerse en el poder, así nos cuenta que: “en este camino del proceso bolivariano era crucial superar el desafío del 7 de octubre de 2012. Así cómo las elecciones del 16 de diciembre de ese mismo año. Se trataba de la consolidación del poder político como un objetivo esencial para la fortaleza de la revolución y para la apertura de una nueva etapa del proceso. La superación se consiguió con un gran sacrificio que llevó el acceso y uso de los recursos a niveles extremos”. Lo cierto de la revolución roja rojita es que su único interés es el pobre como instrumento para mantenerse en el poder y no como sujeto social que deba ser dignificado y al cuál deban generársele condiciones y oportunidades para superar su situación crítica de pobreza y así logren desarrollar un plan de vida digno. De esta forma para el oficialismo, de acuerdo con sus líderes fundamentales, nuestros compatriotas deben seguir pobres y a través de los  recursos del estado ser objetó de un engaño burdo para que con sus votos puedan permanecer enchufados forever.

Sin embargo, quienes creen que el pueblo de Venezuela se chupa el dedo están muy equivocados, la gente de los barrios viene comprendiendo de la estafa que fue objeto. Ellos saben que el gobierno y su modelo no funcionan y que los que hoy dirigen la Nación, pretenden  que seamos nosotros y no sus compinches quiénes paguemos los platos rotos por el desastre que han provocado.

La gente tal vez no le interese mucho las cifras de inflación que colocan a Venezuela como el país con mayor inflación mundial, pero lo que sí les importa y tienen claro es que sí ellos lograron ahorrar Bs. 100 hace 5 años  y con este dinero podían comprar 22kg de pollo y hoy solo alcanza para obtener 2kg de este alimento, es el gobierno quien les quitó los 20 kg restantes que antes podían obtener. Que sí pierden horas en humillantes colas y no consiguen los productos, mucho tiene que ver con los miles de millones de dólares que se han robado en CADIVI y en los distintos sistemas cambiarios que ha creado la inteligencia económica “rojita”, junto con la  política económica que acabo con la producción nacional. Que si no pueden mejorar  la vivienda o ampliarla porque no consiguen el  cemento y si lo hallan no lo pueden pagar a los Bs. 400 que venden el saco, es porque expropiaron las empresas y colocaron familiares y amigotes que las quebraron. Y lo más importante es que aunque Maduro gasta millones para decir que él es pueblo, el pueblo es quien tiene sobre sus hombros la mayor carga de esta crisis que él y su modelo género.

El presidente puede acusar a sus ex ministros de fracasado pero el llego allí sobre los hombros de este fracaso, por eso la gente empieza a tener claro como la luna llena, a que intereses responde el gobierno, y contra quien está en realidad.  Es así como, los habitantes de los sectores populares saben, porque viven el proceso bolivariano en carne viva y son los que mayor inseguridad padecen, los que más asesinatos sufren, los que más pagan en gas doméstico y en agua debido a la precariedad de los servicios públicos en los barrios, los que el modelo castrocomunista hunde en la mayor miseria, que este gobierno es contra ellos, que este es un régimen contra los pobres.

Por esto cada día crece el número de personas en los sectores populares que piden un cambio de gobierno, y aunque en el pasado lucían orgullosos calcomanías que decían “el que no vota por Chávez no quiere a su mama” ahora pueden ver en el siguiente testimonial de  la Sra. Ana Medina de la pastora como afirman que “este procesó es pa los ricos, para los que están con ellos”. Las ilusiones de prosperidad se han desvanecido como los colores de la propaganda que da la bienvenida a su hogar. Ellos saben que las cosas van mal y por eso ella como millones de venezolanos es categórica al decir “mi propuesta es que el gobierno cambie” pues al igual que Giordani, no sabe quién manda en Venezuela, pero si saben que han llevado al país por un despeñadero. Lo cierto apreciado lector es que entramos en un proceso de indignación por una parte y de desencanto por otra que con la canalización correcta en unión nos conducirá al tan anhelado cambió que en nombre de millones de venezolanas clama la Sra. Ana Medina desde su humilde hogar en La Pastora, porque ella  no quiere ser quien pague los platos rotos.

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