Jorge Barroso: En la lucha por la locha, por la harina y por la leche


Caracas, 25 de junio de 2014.- Para nadie es un secreto que la situación económica, social y política en Venezuela se ha hecho insostenible para sus ciudadanos, sean de clase alta, media o baja; afines al partido de gobierno o a la oposición. Lo constatamos en nuestros recorridos por el Sucre profundo; donde las carencias de nuestra gente son el pan de cada día.

La señora Miriam Arias, es ejemplo de ello. Vive en Palo Verde, municipio Sucre. Cada mañana sale de la comodidad de su hogar, para peregrinar por los abastos de la zona; y si el día está despejado caminar hasta el Casco Colonial de Petare en busca de los productos de la cesta básica, y los “precios justos” para adquirirlos. Como la mayoría de los venezolanos, ha tenido que cambiar los hábitos alimenticios de su familia, porque no consigue el café que solían tomar, la mantequilla para las arepas, ni la propia harina para prepararlas, a menos que pague sobreprecio a los buhoneros, para comprarla.

"En estos momentos es imposible que el dinero nos alcance para cubrir los gastos de la casa, y menos si se tiene una familia numerosa como la mía. En la casa dos de mis hijos trabajan y aún así es complicado hacerle frente a todos los gastos", nos contó durante un recorrido por el sector Las Casitas de Petare.

Como la señora Miriam, la mayoría de los venezolanos sufrimos los embates del alto costo de la vida. Según cifras del propio Banco Central de Venezuela, durante los primeros cinco meses de 2014 los alimentos aumentaron su precio casi 30 %; el mayor incremento desde el año 96. No en vano, 67 % de la población considera que la situación del país es negativa, según el último estudio de Keller y Asociados; y 68% asegura que la economía ha empeorado. Un retroceso que parece indetenible; o como diría el ex ministro Giordani, “un esfuerzo disperso y dispendioso en recursos”, que lejos de sumarle al país, le resta oportunidades de crecimiento.    

Para la señora Miriam "el Gobierno debe darse cuenta que sus políticas económicas solo han recrudecido la corrupción. La gente se aprovecha de la situación para revender los productos que escasean y eso está mal. Creo que deben darse cuenta que mientras no haya producción, está situación no va a mejorar".

Y así  estamos. Sumergidos en corrupción, sin producción, sin agua, sin leche, y hasta sin Patria; una realidad que supera la ficción, y hasta nuestra capacidad de asombro. Vendemos petróleo a más de 100 dólares el barril, pero nos ahogamos en una inflación del 60%, superior al 28% de Argentina y al 6,48% de Bolivia. Cifras que revelan la incapacidad de un gobierno que pasa más tiempo haciendo propaganda política para tapar el desastre de su gestión, que buscando alternativas para devolver la mantequilla o el aceite a la mesa de los venezolanos. 

"Pienso que para solucionar esta situación se debe aumentar los salarios de la gente para tratar de tener un poco más de capacidad de compra y que el Gobierno se dé cuenta que necesita ayuda de las empresas para aumentar los productos en el mercado", opina la señora Miriam.

Nosotros le decimos a Maduro que no pierda la conexión con la realidad de la gente. Que escuche su voz, y le evite la humillación de hacer largas colas para comprar los alimentos básicos, a los que tenemos derecho.

Nunca es tarde para recapacitar, Nicolás. Está comprobado que el modelo económico clonado del Castro comunismo sólo le ha llenado los bolsillos a la oligarquía en el poder; y que no hay poder sin el apoyo de un pueblo.

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