Luis Guerrero: Una verdadera patria bolivariana

Anzoátegui, 12 de junio de 2014.- La necesidad de exponer y argumentar en líneas de escritura el combate no violento, contra un Gobierno cargado de odio y de represión nos da la fuerza de seguir en la lucha democrática. La Venezuela que imagino es una nación donde la fraternidad sea un sentimiento colectivo, donde se desvanezcan las tinieblas de la confrontación donde ese sueño libertario de nuestro Padre Simón Bolívar se cristalice en una nación de oportunidades de desarrollo y progreso, donde el silencio del ciudadano sea por razones de felicidad y satisfacción y no por miedo a decir lo que se piensa, un país donde los hijos de los campesinos avancen a la prosperidad, donde el obrero tenga lo suficiente para consolidar su futuro, en fin un país donde se siembre el desarrollo y se coseche el bienestar.

El país que imagino es la unión de todos por igual, que el martillo de la conciencia y el cincel de la hermandad devasten la muralla de la mentira y la intolerancia, que la voluntad de vivir como hermanos sea la fuerza movilizadora del desarrollo de la nación. Venezuela vive momentos difíciles que imponen mayor cordura por parte de la dirigencia política.

El país que imagino hoy es un país donde los campos estén sembrados de maíz y sorgo, donde el padre agricultor enseñe a su hijo a labrar el campo sin importar el sol ni lluvia, sino el desarrollo y el progreso, donde mis hermanos soldados no estén resguardando sedes de partidos políticos o instituciones donde se avalen la doble moral y fraudes electorales sino que los Guardias del Pueblo verdaderamente protejan a los ciudadanos y no los agredan, como si fueran fuerzas extrajeras de ocupación.

El país que imagino es aquel donde los líderes que disputan la Presidencia, debatan públicamente las propuestas para el desarrollo de la nación, donde no se utilicen los medios del estado para una parcialidad política, que seamos verdaderamente justos y equilibrados, que los corruptos sean tratados realmente como merecen como amorales y no vistos como los héroes de la viveza.

El país que imagino son los políticos cargados de moral y ética que demuestran con su propio hacer la dignidad de ser albaceas de la herencia de Bolívar, que los verdaderos herederos sean las generaciones futuras que recibirán la Venezuela planificada y organizada.

El verdadero sueño de Bolívar era una Patria de libertad, igualdad y fraternidad. Después de 200 años somos un país dividido por aquellos que se hacen llamar bolivarianos, a ellos les digo Bolívar no es de un grupo Bolívar somos todos.

La paz de las naciones nace cuando los derechos civiles de los ciudadanos son defendidos. Todos hemos visto a los poderes constituidos del país bailando la tonada de la tiranía y cómo los apátridas se visten con la ropa de la corrupción y la omisión. A ellos les digo: la verdad llegará y cuando lo haga, castigará con la espada de la justicia.

Venezuela tiene su derecho a nacer como la República de libertades ciudadanas y de la unidad nacional. En algún momento Bolívar dijo: "Para el logro del triunfo siempre ha sido necesario pasar por la senda de los sacrificios".

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