Maracaibo, 12 de junio de 2014.- El cambio en Venezuela se va a producir. Las condiciones se están dando. Pero cualquier alternativa democrática y constitucional que queramos proponer -he escuchado hablar de la renuncia del Presidente, de una asamblea nacional constituyente, de un referendo revocatorio, de esperar las elecciones de la Asamblea Nacional- requiere de un Consejo Nacional Electoral (CNE) que esté al servicio del país y no a la orden del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Por eso, desde Primero Justicia, estamos haciendo un llamado a todas las fuerzas vivas y a las organizaciones políticas a que hagamos una gran campaña nacional e internacional para lograr un CNE equilibrado. Si algo puede unir las fuerzas democráticas en este momento, es presionar para tener un CNE imparcial.

En medio de la crisis económica y social que vive nuestro país, el gran tema político de hoy es el CNE. Nuestra crisis está también en las instituciones porque este régimen confunde el Gobierno, con la campaña, con el Estado, con el Partido; todo frente a la mirada permisiva del CNE. Por eso creemos que se debe cambiar y este es el momento adecuado. Pocas personas saben que en la actualidad se lleva a cabo el proceso para elegir los rectores del nuevo CNE y pocos saben que las discusiones están cerradas porque el PSUV quiere tener una mayoría absoluta en la comisión que discutirá las postulaciones de los distintos candidatos. Y pocos saben que para nombrar nuevos rectores son necesarias las 2/3 partes de la Asamblea Nacional, lo que quiere decir que debe lograrse un acuerdo en su seno.  Nos preguntamos ¿Por qué tienen miedo? ¿Por qué no quieren hacer un proceso realmente democrático con un CNE que responda a los intereses del pueblo? ¿Por qué tienen miedo a un árbitro realmente imparcial? ¿Será porque han perdido respaldo popular y quieren mantenerse en el poder a través del ventajismo que han practicado hasta ahora?.

La lucha es por un CNE independiente, con cinco rectores que no pertenezcan ni actúen bajo la dirección de ningún partido. A partir de allí, debemos lograr que se depure el registro electoral, que las inscripciones en el RE se hagan en cada centro de votación con testigos de las distintas fuerzas políticas, que exista un estricto cumplimiento de las normas electorales, que haya verdadero equilibrio y se eliminen aberraciones como las del voto asistido o las migraciones fraudulentas, y que haya una organización técnica de los circuitos que no responda a la realidad del partido oficialista. Sí luchamos con fuerza y constancia, dentro de Venezuela y en la Comunidad internacional, lo vamos a lograr.