Luis Guerrero: Hablando con un hijo de Venezuela

Barcelona, 07 de junio de 2014.- En distintas actividades que en el ámbito político se realizan, los contactos directos siempre dan pie para conversar y llevar una Idea, pero en este caso fue diferente, porque me tocó oír de boca de un ciudadano, su realidad de vida.

Conversando con un trabajador de la construcción me planteó su odisea diaria que a continuación expongo como él mismo me la planteó:

"Te voy a echar un cuento de un padre de familia con mujer y dos tripones. Trabajo de 7:00am a 4:00pm, almuerzo en la obra donde trabajo y a la cual me llevo el bastimento. ¿Cómo hago una cola para comprar el pollo o la harina? No puedo si estoy todo el día en el trabajo. Es por eso que tengo que comprar en el boulevard de Barcelona la comida. De aquí del boulevard salen las busetas hacia Naricual donde vivo, la comida la venden a sobreprecio, porque hay escasez y los precios son: Aceite 100 bolos; 1 kilo de leche 3 tablas; la harina Pan 45 bolos.

“Ahí se encuentra una que otra cosa que venden los buhoneros para rebuscarse, pero también tengo que pagar 40 bolos diario entre carrito y la buseta para ir al trabajo y para regresarme a mi casa. Esos son unos 800 bolos mensuales. La verdad es que el sueldo no me da, estoy viendo la cara de la miseria”.

Esta es la triste realidad de un trabajador de la construcción y del 80% de los venezolanos. La inflación acumulada es 56% y la pobreza extrema subió a más de 700 mil en solo un año.

A esto sumamos la inseguridad y la escasez. Este gobierno solo tiene para mostrar hechos de corrupción legitimados por los poderes que dominan, la destrucción de la moral es su tarjeta de presentación, ellos sólo saben vender mentiras e ineficiencia. Es por esto que los vientos de cambio se sienten y nada ni nadie podrá cambiar la realidad de una Venezuela libre y progresista.

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