Elías Sayegh: La realidad virtual


Caracas, 04 de junio de 2014.- El siglo XXI ha traído una revolución comunicacional. Las formas de expresión y de interacción de los ciudadanos en todo el mundo han dado un giro gracias al avance de la tecnología. Los medios de comunicación han tenido que encaramarse en esta nueva ola comunicacional para sobrevivir y no quedarse atrás. Mucho se ha escrito sobre este proceso "democratizador" de los medios de comunicación. Una de las causas de este fenómeno han sido las redes sociales, mediante las cuales se eliminan las barreras y privilegios y cualquier persona puede generar contenidos o puede hablarle directamente a otra.

Sobre todo en los países del llamado tercer mundo la penetración de los medios a través de Internet y medios 2.0 siguen muy por debajo al rating de los llamados "medios convencionales": la TV, la radio y la prensa. A pesar que en nuestro país la penetración de los medios digitales y 2.0 es alta en comparación a otros países de América Latina, en términos absolutos sigue siendo mucho menor a la influencia de los medios convencionales antes mencionados.

Recientes estudios revelan que la estratificación social en Venezuela es: 2,2% de la población que pertenece a los sectores A/B. En el estrato C hay un 18,1%, mientras que en el D la proporción se eleva a 36,3% y en el estrato E asciende hasta 43,4%. En Venezuela los medios 2.0 y los medios digitales han alcanzado buena penetración en los estratos A, B y C, es decir, un 20,3% de la población. El otro 79,7% del país sigue prestando una altísima atención a la TV, la radio y la prensa; de forma tal que cualquier información que no salga en estos medios es inexistente para ellos, inclusive, si es algo muy difundido en las redes sociales o en los portales web.

Cuando se analiza la vinculación que existe entre los procesos políticos y los medios de comunicación, se observa claramente que tienen una relación directa. De modo que aquellos gobiernos que no creen en los principios democráticos buscan el control de estos medios. En el caso venezolano el gobierno bien sabe la situación antes descrita y ha enfilado todas sus baterías para lograr el control absoluto de la TV, la radio y la prensa en el país. Dicho control lo ha logrado bien sea porque ha cerrado medios, otros los ha comprado, en otros ha provocado autocensura, y además en el caso de la prensa le cortó su materia prima: el papel.

El único vestigio de información independiente se da, principalmente, a través de los medios digitales y redes 2.0, juntos a varios periódicos y emisoras de radio valientes que todavía quedan. No obstante, recuerdo que estos medios sólo está llegando a un universo del 20% del país. El otro 80% sólo está recibiendo la "realidad" que el gobierno le está contando a través de su gigantesco aparato comunicacional.

Este se ha convertido en uno de los principales desafíos para una oposición política que busca convertirse en mayoría indiscutible. Casos como el de Henrique Capriles son emblemáticos en este tema. Mucha gente pregunta: ¿dónde está Capriles? La respuesta real es: Capriles está censurado. El gobernador de Miranda ha desaparecido de los medios por un black out ordenado desde el Ejecutivo Nacional. Aunque el gobernador sigue trabajando incansablemente, como siempre, poca gente se entera de lo que hace por su ausencia en la TV, gran parte de la radio y gran parte de la prensa. Esta tragedia la están viviendo los sectores adversos al gobierno, lo que dificulta aún más su labor, por aquello que dicen en política de "el que hace y no dice, no hizo".

Gracias al control de las instituciones del Estado y de los medios de comunicación (convencionales) es que un gobierno que va palo abajo en popularidad y que ha empobrecido al país de manera abismal ha podido mantenerse en el poder. El control de los mencionados medios de comunicación garantiza al gobierno la creación de una "realidad" virtual, una "realidad" de mentira, una "realidad" muy bien recreada en sets de TV en donde todos los días se muestra al país una novela distinta.

Una de las principales novelas de la actualidad es la de la "Guerra Económica". Los episodios de esta novela son filmados en fábricas, campos, almacenes y buscan demonizar al empresariado nacional, para echarle la culpa de los males económicos (desabastecimiento, inflación, etc.), de forma tal que el gobierno quede exento de culpa. En nuestros recorridos por los sectores populares hemos podido evidenciar que esta novela ha tenido gran éxito. Muchos de verdad creen en ese show televisivo. La única forma de combatir ese lavado de cerebro es boca a boca, persona a persona. Esto no es un trabajo que corresponde sólo a los políticos, sino a la sociedad en general. Si se quiere construir una mayoría incuestionable, convencida, fuerte, la sociedad democrática, decente, que quiere libertad debe unirse para que cada quien aporte su granito de arena, de forma tal que les abramos los ojos a los muchos venezolanos que todavía creen en la realidad virtual del gobierno.

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