Caracas, 03 de junio de 2014.- El discurso del Gobierno está siendo desmontado por la inocultable realidad social que vive el país. Cada vez la gente compra menos las excusas del madurismo, por eso, el 60% de los venezolanos no cree que haya una guerra económica, sino que responsabiliza directamente a Nicolás Maduro, por la debacle en esa área. La semana pasada pudimos conocer, por las cifras de pobreza del Instituto Nacional de Estadística, que durante el 2013, en nuestra patria hubo 4.920 venezolanos que diariamente entraron en las filas de la pobreza, para un total 1.795.884 pobres en el primer año de gestión de la era postChávez.

Es bueno aclarar que se considera pobre, a una persona que no pueda comprar sus alimentos y no pueda pagar servicios de educación, salud y transporte; pero a pesar del discurso del Gobierno y de las estrategias demagógicas que utilizan en las campañas electorales, en el país, para el cierre del complicado 2013, había 9.174.142 ciudadanos en la precaria condición antes mencionada, lo que a su vez representa el 32,1% de la población. Hecho que es injustificable, porque estamos en medio de una bonanza petrolera; y el barril de crudo venezolano promedió más de 90 dólares el pasado año.

Esta situación se genera por la vertiginosa pérdida del poder adquisitivo que tenemos los venezolanos, producto de los altísimos índices de inflación, que a su vez son consecuencia de la equivocada, electorera y corrupta política económica que ha mantenido la "Revolución" durante mucho tiempo. Recordemos que la inflación de 2013 fue de 56,2 y este año será mayor, por lo que podemos concluir que la cantidad de venezolanos que pasará a engrosar las listas de pobreza será superior a la de 2013.

Pero aún hay más, debido a la decidida intención del Gobierno de acabar con el aparato productivo nacional y de centralizar la economía, el país marcha a una recesión, que no es otra cosa que la caída continuada de la producción de bienes y servicios en el país; condición que genera desempleo, merma los salarios de los trabajadores y que aunado a la inflación, es una mezcla que causará estragos en la población.

El fracaso del modelo socialista ya es innegable, no hay leche, ni café, ni azúcar; van casi 5 mil muertos en lo que va de 2014; los hospitales y las carreteras están destruidas. Estos son los temas que incomodan al Gobierno, porque no tienen cómo dar soluciones estructurales, sin que paguen un costo político alto. La agenda social y los problemas de las grandes mayorías deben ser el norte de quienes busquen construir una alternativa en el país. Aquí el cambio de modelo llegará, porque el que ahora tenemos es inviable; y convirtió a Venezuela en una fábrica de pobres.