Alejandro Silva: Capriles ayer y hoy


Caracas, 22 de mayo de 2014.- Para ir contra la corriente, se necesita mucho más que valentía. Venezuela vive una etapa de circunstancias complejas, llenas de posiciones encontradas, con un país que mientras se cae en pedazos, las posturas radicales de lado y lado no lo llevan a ningún sitio.

Pese a la crítica, meses atrás, Capriles asumió una visión política frente a quienes piensan que por la vía radical se llega a alguna salida. La postura fue clara, la anarquía no conduce a nada y todos debemos ocuparnos de ir a los sectores más populares del país, donde está el verdadero reto, convertir la alternativa democrática en una nueva mayoría que arrope la trampa y el ventajismo. Esa postura lo ha definido en por lo menos los últimos 10 años de su carrera política, no es una postura circunstancial.

Han pasado los días, semanas y meses. Han ocurrido hechos lamentables, privados de libertad que no deben estarlo, venezolanos que han perdido la vida producto de la confrontación política. Todo esto es un gran saldo negativo. Lo cierto es que el país, el Gobierno y la oposición siguen entrampados y el debate no va a donde debe ir.

No tengo duda de que esto que tenemos por gobierno es insostenible, que esto que ocurren en Venezuela tiene que traer un cambio de rumbo obligatorio, pero la vía para construirlo jamás será convertirnos en lo que adversamos.

Venezuela vive su peor momento, nada funciona, este Gobierno no tiene una sola tasa de plata que mostrar, todo colapsa y ese es el momento de focalizar el debate como nunca antes en que la gente pueda comprender que este sistema no funciona y que hay que crear una nueva mayoría, convenciendo a muchos de los que hoy están indiferentes, eso jamás se logra con posiciones radicales y eso ha sido una postura permanente de Capriles.

Hay que decirlo, pese a campañas permanentes de descredito, presiones ni insultos, Capriles se ha mantenido claro ante el país, hoy la historia deja claro quién está en lo correcto.

Para construir una nueva mayoría, todos somos importantes, pero más importante aun es traer a los que aun no están acá. El caos no suma, los caminos rápidos nunca tienen destino seguro. El difícil reto de sumar a los que hoy no están, si bien es cierto puede que sea el mas difícil, pero es el más real.

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