Maracaibo, 21 de mayo de 2014.- Los venezolanos tenemos todas las razones del mundo y más para protestar. Este régimen de más de 15 años, que llegó al poder con la bandera de la lucha contra la corrupción, la ineficacia gubernamental, la crisis institucional, con un discurso de reivindicación de los pobres, se ha convertido en el problema más grave que tenemos los venezolanos. No puede sentirse satisfecho un gobierno que ha acabado con el aparato productivo, que ha generado desinversión, desabastecimiento y desempleo, que ha secuestrado las instituciones, que ha ocasionado un grave deterioro en materia de seguridad y que ha sido protagonista de los peores y más cuantiosos actos de corrupción que se hayan visto en la historia venezolana.

Así querazones para protestar hay de sobra. Pero debemos estar claros que la protesta debe ser siempre pacífica. El ciudadano ha salido a protestar con pitos, banderas, volantes, ganas y amor por Venezuela. Esa protesta debemos continuarla, conscientes de que es la única manera de que el diálogo produzca algunos resultados. Sin embargo, hemos sido testigos de una represión cobarde y desproporcionada por parte de este régimen. Han utilizado la fuerza pública de manera brutal. También han utilizado las instituciones secuestradas, como el Ministerio Público y el Poder Judicial, para enjuiciar a todo el que quieran, sin respetar la presunción de inocencia, el derecho a la defensa y, en general, el debido proceso.

También hemos visto algunos hechos provocados por personas que, en su desesperación por no ver una luz en este oscuro camino, optan por mecanismos violentos que deslegitiman la lucha. La violencia nunca será la vía para la solución de nuestros problemas. Así qué tenemos la obligación de seguir protestando, denunciar e instruir los expedientes contra la violación de derechos humanos que se ha convertido en algo normal en nuestros tiempos y detener la tentación de violencia en algunos  de los nuestros, haciéndoles ver que debemos continuar el camino hacia un cambio que sea perdurable en el tiempo y que le devuelva a los venezolanos el derecho a soñar con una patria mucho mejor.