Caracas, 20 de mayo de 2014.- Durante los últimos días hemos visto como el gobierno ha radicalizado la represión contra los estudiantes y ha vuelto con los planes, imaginarios, de golpes de Estado; situación repudiable que, aunada a la falta de respuestas a los planteamientos hechos en las mesas de trabajo, causó que suspendiéramos el proceso de diálogo; sin embargo esto no significa que quienes decían que no teníamos que sentarnos a dialogar, tenían razón. Si algo sigue estando claro, es que la vía para lograr mejorar las condiciones políticas y sociales que vivimos en este momento; es fundamental el entendimiento entre el gobierno y la oposición.

Creo que es importante dejar de pisar en el terreno donde el gobierno se siente más cómodo y tiene más ventaja, que es el de los radicalismos extremos y la confrontación violenta. Soy de los que piensa que hay que seguir en la calle exigiéndole a Maduro respeto y reconocimiento a la mitad del país; pero sobre todo respuestas a los gravísimos problemas sociales que tiene Venezuela en estos momentos. Posiblemente ahí está la clave para lograr que el chavismo asuma su fracaso histórico; y nosotros nos convirtamos en los verdaderos representantes de las grandes mayorías del país, que están padeciendo cada vez más acentuada las consecuencias de un modelo de gobierno que, una vez más, no funcionó.

En ese terreno, el del reclamo y la exigencia social, el gobierno no se siente bien, por la sencilla razón de que no puede ofrecer respuestas ni soluciones estructurales a los problemas reales de la gente; motivo por el cual que no hay que darles excusas para que sigan manipulando a la población y justificando su fracaso. Resulta más que clara la intención del alto gobierno de distraernos de la agenda social, para que no podamos desmontar el discurso oficial manipulador. Ese mismo discurso que ofrece "precios justos" de productos que no existen; o que elude su responsabilidad sobre la enorme violencia hamponil que hay en Venezuela argumentando que los cuerpos de seguridad están ocupados dispersando guarimbas; o que vende como un éxito un aumento de salario mínimo de 30%, mientras aumenta el pollo 187%.

En nuestro país tenemos la inflación más alta del mundo, 56,2% en 2013 y este año podría llegar a 70% según proyecciones de especialistas; hay una escasez mayúscula de productos básicos; y además una violencia desatada que hay más de 4.000 muertos en lo que va de 2014. Lo antes mencionado es sólo una parte del deterioro generalizado que padece el país; hecho que el gobierno no pueden ocultar ni justificar más. El 80% de la población está clara de quienes son los responsables, nosotros tenemos que convertirnos en sus portavoces; por eso la agenda social es el camino, y la exigencia de soluciones para el pueblo nuestro terreno.