Elías Sayegh: Oposición dura


Caracas, 16 de mayo de 2014.- Es curioso ver cómo el aparato mediático, incluidos articulistas de opinión y opinadores de oficio no dirigen su artillería hacia el régimen sino hacia la oposición. Pareciera que están más preocupados por desprestigiar a la MUD, a Aveledo o a Capriles que por articularse y sumar voluntades frente al régimen.

Demasiado noble ha sido la MUD cuando no responde y saca a la luz muchas realidades que no dejarían bien parados a esta "oposición dura" que cada vez se vuelve más irracional y no entiende que hay que debatir las diferencias internamente, en vez de sacarlas a la luz, lo que sin duda alguna fortalece al gobierno.

Debemos entender que la realidad de todo el país no se percibe en las urbanizaciones de Chacao, Baruta o El Hatillo, que es en donde se centra la acción de esta "oposición dura" y es basado en estas realidades que algunos "profetas" y especuladores hacen sus predicciones siempre erradas, creando falsas expectativas y jugando con la esperanza de mucha gente.

Desde hace semanas vengo alertando que hay que distinguir entre las diferencias de forma y las diferencias de fondo que puede haber en la oposición, y vuelvo a destacar que estas diferencias son acerca de cómo enfrentar al régimen. Sin embargo, el objetivo de fondo de toda la oposición es el mismo, que no es otro que producir un cambio político que encauce al país en un sistema democrático de derechos y libertades ciudadanas. No se entiende por qué algunos dentro de la misma oposición, siguen queriendo confundir sobre este tema; a menos que lo que se busque es el linchamiento político de algunos dirigentes para posicionarse internamente en el liderazgo opositor; algo que al final termina siendo un cascarón vacío si no logramos el objetivo antes descrito.

La realidad es que el régimen no está cayendo. Nótese que hablo del régimen y no del gobierno, que son dos cosas distintas. No hay una mayoría abrumadora convencida de sacar al régimen del poder. Hay descontento sí, pero eso no necesariamente se traduce en querer sacar al régimen.

En este panorama real, si el gobierno llegara a caer no es para pasarle el mando a la oposición, sino a otro personaje representante de algún subgrupo de los varios que integran al régimen.

La popularidad de Maduro está cayendo sí, pero todavía está muy por encima de los niveles de descontento que hay, es decir, la mayoría de los venezolanos todavía no le echa la culpa de los problemas del país a Maduro, pero van despertando. Sin embargo, hay que reconocer que la popularidad de Nicolás es bastante alta, tomando en cuenta lo nefasto que ha sido su gobierno y la manera en como ha destruido al país. Seguro estoy de que el gigantesco aparato mediático del régimen es uno de los factores que incide para que mucha gente si engañada sin ver la realidad del país, y por ende, sin echarle la culpa a Nicolás.

Otro de los factores que mantiene la popularidad de Maduro y que da pena como sociedad es cómo muchas personas, incluso "contrarias" al gobierno aplauden medidas aberradas tomadas por Maduro, como es el caso de la "1era ofensiva económica", el Dakaso, o como es el caso de la Resolución de la Sunavi que viola el derecho de propiedad de los dueños de apartamentos alquilados. Tampoco se entiende como algunos ciudadanos, dirigentes y opinadores, que se oponen al régimen aplauden la autodestrucción del movimiento político que mejores resultados ha dado en estos quince años y que nos guste o no, es absolutamente necesario en esta lucha. Esta situación de contradicción interna, hace que muchos ciudadanos desconfíen de la oposición y sigan pensando que es mejor tener a cualquier "hijo de Chávez" que aventurarse a apoyar a alguno de los líderes demócratas que tiene el país.

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