Alfredo Ramos T: El reto de ser una madre venezolana


Cumaná, 11 de mayo de 2014.- El día de la madre es una fecha emblemática a nivel mundial. Se celebra en honor de esos seres maravillosos que tienen el don de traernos al mundo, y se festeja en diferentes fechas del año según el país de que se trate.

En Colombia, Ecuador, Honduras, Perú, Puerto Rico, Uruguay, Estados Unidos y Venezuela se celebra tal día como hoy, el segundo domingo de mayo.

Este día fue creado por la poetisa, activista y defensora de los derechos de las mujeres, Julia Ward Howe (EEUU), en el año 1870, al escribir: “La proclama del día de las madres”. Un apasionado llamado a la paz y al desarme, concebido originalmente como un día de “Madres por la paz”, que luego se convirtió en un día para que cada familia honrase a su madre.

Años más tarde, fue el presidente estadounidense Woodrow Wilson, quien declaró en el año 1.914, el Día de la Madre como el segundo domingo de mayo en los Estados Unidos. De esta forma, se fue gestado el día internacional de la madre, que después fue extendiéndose poco a poco hacia otros países como el nuestro, que lo adoptaron hasta tenerse la celebración conocida hoy en día.

Sin embargo, en la Venezuela actual, es sin duda alguna un día en el cual muchas madres venezolanas no tendrán una razón para celebrar como otros años o como sucede en otros países.

¿Por qué? porque muchas de nuestras mujeres han perdido su razón de ser y lo que las convirtió en madres un día, me refiero a lo más preciado para ellas: A SUS HIJOS! Aquellos seres que engendraron y trajeron al mundo, para luego injustamente perder su vida a manos del hampa común, o lo que es peor aún, para perder su vida en manos de los “órganos de seguridad” del Estado, al ser víctimas de terribles represiones, violaciones de los derechos humanos, o víctimas de ataques de grupos colectivos armados que asesinan a diestra y siniestra con el aval de un régimen que no los juzga ni castiga.

Por tales motivos, es un día más de duelo, que de celebración, para las madres venezolanas. Es lamentable que esto ocurra en una sociedad como la nuestra, en pleno siglo XXI, y en un país tan bello y con tantas riquezas como el que tenemos, donde debería haber un escenario de celebración Nacional, de paz, armonía, progreso, y que hoy fuere un día con razones de sobra para la felicidad y celebración de todos. Tristemente no es así.

Ahora bien, aquellas madres que aún dan gracias a Dios por tener a sus hijos con vida, tampoco tienen motivos para celebrar. ¿Por qué? porque muchas de ellas tienen a sus hijos privados de libertad injustamente por ejercer su legítimo derecho a la protesta, otras los tienen a su lado pero viven en una zozobra diaria cuando sus hijos salen de sus casas, ya que no saben si regresarán a dormir.

Estos problemas agobian a todas las madres de Venezuela, de cualquier lugar del país y de todos los estratos sociales.

Las madres de escasos recursos económicos son un vivo ejemplo de fortaleza. No tienen igualdad de oportunidades. Luchan diariamente con la incertidumbre de buscar como darles de comer a sus hijos, en un país donde una inflación por encima del 80% se come al salario, y el Gobierno que dice llamarse “obrero” hace un pobre ajuste de apenas 30 Bs. diarios al sueldo mínimo, que no alcanza ni para comprar una arepa en la calle. Con un ajuste chucuto de 30%, cuando el pollo subió 187%, el azúcar 96% y el transporte 40%.

Por otra parte, las madres de clase media y alta tampoco tienen motivos para celebrar, ya que sus  jóvenes hijos están en estos momentos pensando como emigrar del país en busca de un futuro promisorio, opciones de estudio, estabilidad laboral y oportunidades para progresar. Muchos ya lo han hecho y no están con ellas.

Al mismo tiempo, aquellos hijos que se han radicado en el país y trabajan o llevan un negocio propio, también representan un temor constante, al preocuparse a diario sus madres sobre si son extorsionados, secuestrados o asesinados, víctimas de la inseguridad reinante.

No es posible que un país como el nuestro los niños de los sectores populares no estén bien alimentados. No es posible que las madres venezolanas tengan que rastrear una lata de leche, un paquete de arroz, de pasta, o que no se consigan pañales, ni medicinas y que cuando se consigan sean a precios exorbitantes.

No es posible que las madres tengan que hacer interminables y largas colas bajo el sol, para llevar alimentos a sus hogares. Tampoco es concebible que en muchos de esos hogares las madres deban acostar a sus hijos sin comer.  

Es intolerable que las madres venezolanas, aún después de 15 años de gobierno “socialista”, no puedan acceder a una educación de calidad para a sus hijos, y que más bien tengan que morderse la lengua al ver que son adoctrinados en sus narices, sólo para no perder el trabajo o la misión.

Ante todo este escenario, entonces me pregunto: ¿Cómo puede una madre venezolana vivir tranquila en un sistema que las presiona y amenaza constantemente? ¿Cómo puede una madre venezolana vivir tranquila al no tener como llevarle de comer a sus hijos? ¿Cómo puede una madre venezolana vivir tranquila al no saber si su hijo llegará con vida a su casa? ¿Cómo puede una madre venezolana vivir tranquila con un hijo detenido injustamente? ¿Cómo puede una madre venezolana vivir tranquila con un hijo secuestrado o asesinado?

Son muchas preguntas y una sola respuesta: Es imposible que actualmente las Madres venezolanas puedan vivir tranquilas!

Sin duda alguna que ser Madre en Venezuela hoy en día no es una tarea fácil, sino que es todo un reto!  Honor a quien honor merece!

Pese a todas las adversidades que estamos viviendo deseamos un feliz día a todas nuestras Madres venezolanas, ejemplos de lucha, trabajo y fortaleza! 

Un modelo a seguir, una labor titánica y admirable. Sin más palabras: Te quiero Madre!

Que vivan las Madres del Estado Sucre y de toda Venezuela!

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