Elías Sayegh: Lucha espiritual


Caracas, 02 de abril de 2014.- Cuando uno va a los sectores populares se da cuenta que la fe católica es uno de los elementos que más unen a los venezolanos. No es coincidencia el incesante ataque que dese años atrás el gobierno ha lanzado contra la iglesia Católica.

El gobierno marxista, por definición es ateo, según ellos la religión es el "opio del pueblo" y deben desaparecer. Sin embargo, son tan fuertes las convicciones católicas de este pueblo que el Gobierno ha tenido que cambiar la estrategia. El punto clave en este tema es que separan a Jesús y al Evangelio, de la Iglesia. En vez de prohibir los cultos religiosos y afrontar el costo político que puede tener eso, el castrochavismo ha optado por agarrarse de la figura de Jesús y de su mensaje. En los últimos tiempos altos personeros del régimen se autodefinen como "cristianos". Se intenta descaradamente desfigurar el mensaje del evangelio para manipular sobre todo a los sectores más desfavorecidos. Sin embargo, a la Iglesia la atacan, la difaman y  tratan de fracturarla. Por otro lado dicha estrategia de debilitamiento y desprestigio a la iglesia Católica consiste en el financiamiento de sectas religiosas que han proliferado por todo el país.

No son especulaciones los vínculos de altos personeros del Gobierno con el ocultismo, la santería y ese tipo de actividades. No se exagera cuando se dice que ésta es una lucha del bien contra el mal, de la verdad contra la mentira. Algunos líderes políticos opositores están conscientes de esta situación y han incorporado en sus discursos mensajes que reflejan que la lucha que se está dando en el país también es una lucha espiritual.

Hay que decirle a la gente que ésta no es solo una lucha física, en las calles, plazas, o medios de comunicación, esta es una lucha también espiritual. El comunismo busca doblegar la moral y el espíritu de las personas. Ellos quieren someternos psicológicamente, quieren que nos resignemos para castrar nuestra motivación, nuestro ánimo, nuestras ganas de luchar por un futuro.

Ante esta realidad es asombrosa la pasividad de ciertos sectores católicos. A veces pareciera que los insultos y ofensas contra la Iglesia, no fueran contra ellos, sino solo contra los sacerdotes y jerarcas de la Conferencia Episcopal, cuando la realidad es que la Iglesia somos todos los creyentes.

Gran parte del trabajo de los líderes, dirigentes y personas de alguna influencia tiene que ver con no dejar que decaiga o se frustre la moral de nuestra gente. Esto no se logra jugando con la ilusión de muchos y colocando escenarios favorables ficticios para engañarnos nosotros mismos. Esto se logra hablando claro, siendo realistas e incentivando el espíritu de lucha en cada uno. Esa fortaleza espiritual no se va a lograr solo utilizando las redes sociales, es fundamental tocar a la gente, hablarles, verlos a los ojos, casa por casa, persona por persona.

Hemos dicho que cada quien debe protestar a su manera, de la forma que más crea conveniente, según sus circunstancias personales. Incorporar la oración, sobre todo en comunidad, también es un mecanismo de protesta pacífica, y sobre todo algo que ayuda mucho a quienes están exponiendo su pellejo por el futuro de toda Venezuela.

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