Caracas, 02 de abril de 2014.- En Venezuela el secuestro de las instituciones públicas se ha convertido en el peor cáncer que puede sufrir nuestra democracia. En nuestro país no hay división de poderes y mucho menos independencia de los mismos, todos actúan sin duda alguna bajo la directriz que se emana desde la Presidencia de la República, convirtiendo a nuestras instituciones en sucursales del partido de gobierno y absolutamente serviles a sus intereses.

El país esta viviendo una profunda crisis política, originada por diversas causas económicas y sociales, y lamentablemente esta crisis parece no tener salida ya que la ausencia de instituciones no le da válvulas de escape a este enorme laberinto en el que nos encontramos como nación.

Es innegable que esta crisis amerita un diálogo que logre canalizar las demandas legítimas de nuestro pueblo hacia soluciones concretas, ese diálogo no implica deponer principios ni conceptos democráticos y mucho menos un acto de cobardía; por el contrario, es un ejercicio de demostración de fuerza, pero para poder dialogar es imprescindible la renovación de los Poderes Públicos para que su nueva conformación sea plural e independiente como forma de generar un clima de confianza que permita avanzar en temas concretos para lograr salir de esta profunda crisis.

Si el gobierno no democratiza las instituciones, no reconoce que debe rectificar, y lo que es peor aún, no cesa con la represión y persecución política, el país no tendrá válvulas de escape y definitivamente cualquier escenario que pueda suceder será de su responsabilidad absoluta. ¡No queremos llegar al diálogo sobre el dolor de nuestro pueblo! ¡Rectifiquen!