Gustavo Rojas Matute: ¿Puede una revuelta cambiar el poder en Venezuela?


Caracas, 01 de diciembre de 2013.- A muy pocos días de las elecciones del 8D, todavía algunos venezolanos se debaten entre si votar vale la pena o no. Más aún, utilizan argumentos como “me van a robar el voto”, “igualito van a ganar” o “dictadura no sale con votos”.

Centrémonos en este último argumento. Posiblemente el gobierno no salga directamente, ni por la vía de los votos, ni por la vía de una revuelta.

El 14 de Abril ocurrieron unas elecciones extraordinarias como consecuencia del fallecimiento de Chávez.  Los resultados fueron dudosos, pese a la enorme ventaja que Maduro tuvo en las encuestas un mes antes del proceso electoral. La campaña de Capriles fue determinante. Obligó a Maduro a cometer errores que decepcionaron a muchos votantes y como consecuencia los resultados fueron muy ajustados. Tanto que Capriles no reconoció y no ha reconocido los resultados electorales.

Voltear los votos tampoco fue de  gratis y no sólo se puede atribuir a los errores de Maduro. La campaña que realizó Capriles contra Chávez  en 2012 fue muy productiva. Aunque no ganó,logró sembrar confianza en el voto chavista blando, que al final se le volteó aMaduro.

Ahora bien. A lo largo del 2013 la popularidad de Maduro se ha venido deteriorando significativamente, como consecuencia de la alta inflación, la escasez y sus propios errores. Frente a esto, se plantea el panorama de las elecciones del 8D. Unas elecciones locales,que Capriles está convirtiendo en un plebiscito. ¿Por qué? 1) por las dudas sobre el resultado de 14 de abril, que permitiría ratificar mediante la votación nacional total que la oposición es mayoría frente al oficialismo; 2)porque la mayoría de las capitales y las más importantes ciudades del país serían ganadas por la oposición; 3) Porque Maduro no es el portaaviones que era Chávez. Mientras Capriles recorre el país con los candidatos a alcaldes de la oposición, ningún candidato del PSUV saca siquiera un foto con Maduro.

Pero aún hay más. En una reciente investigación que acabo de entregar como tesis de Maestría en la George Washington University encontré lo siguiente: 1) los votantes miran el desempeño económico del gobierno. La inflación, afecta negativamente el voto a favor del gobierno. El crecimiento económico afecta positivamente el voto a favor del gobierno. 2) Ser partido de gobierno es una desventaja en la intención de votos. No sé si en castellano es correcto decirlo así pero: la “incumbencia”(incumbency), afecta negativamente los votos. Eso era distinto con Chávez. La investigación concluyó que la presencia o “incumbencia” de Chávez le daba una clara ventaja para ganar, probablemente por su alto nivel de popularidad, más no así para el partido de gobierno. 3) Chávez fue mucho más efectivo manejando el clientelismo que otros presidentes, incluyendo a Maduro. Si bien el clientelismo se ha practicado en Venezuela desde hace años, solo la presencia de Chávez garantizó resultados electorales efectivos. Para entender mejor esto,recomiendo leer “El votante infiel” de Lucy Gómez. 4) La popularidad Chávez fue mucho más efectiva que la concentración de poder para ganar elecciones. No existe evidencia que la concentración de poder que acumuló Chávez desde laAsamblea Nacional Constituyente, haya influido en el total de votos. Sobre este último punto se puede seguir investigando. Pero en todo caso, concentrar poder no necesariamente le permitirá al PSUV ganar elecciones.

Frente al 8D, queda claro la inmensa posibilidad opositora: 1) el desempeño económico es terriblemente negativo, 2)el PSUV parte con desventaja por ser partido de gobierno, 3) Chávez no está, 4)la misma crisis ha afectado los esquemas de clientelismo (principalmente las misiones). Todo esto además, se corrobora por los estudios de opinión. De tal manera que apostar al 8D es buena apuesta para la oposición venezolana.

Ahora entremos en lo profundo. Entendamos la naturaleza del gobierno. Todo gobierno, democrático o dictatorial, se sostiene sobre una coalición de poder. En democracia son las instituciones. En dictadura son grupos de poder. A Maduro lo sostienen los militares, la AN, elTSJ, el CNE, la fiscalía, entre otros. Teóricamente son instituciones, pero todas están parcializadas a favor del gobierno. Ningún gobierno cae, a menos que su coalición se rompa y todavía en Venezuela no existe una señal clara de que la coalición se vaya a romper.

En el caso, del 14 A, fue evidente.Quizás si la diferencia a favor de Capriles hubiese sido enorme la historia fuera otra. Pero con una diferencia cerrada, todos los miembros de la coalición se mantuvieron alineados.

¿Y qué pasa si ocurriese una revuelta popular? En primer lugar, habría que ver la naturaleza de la revuelta. Si es simplemente un grupo de voluntarios llamando a sacar al gobierno, lo más probable es que fracase. Por ejemplo cuando el paro petrolero de finales del2002, cuando la oposición no logró quebrar la coalición de gobierno mediante la presión, algo que sí había ocurrido meses antes, en abril,  cuando un grupo de militares le pidió la renuncia a Chávez.

En la primavera árabe abundan ejemplos exitosos y no exitosos. En Egipto, la crisis económica y la falta de envío de ayuda de Estados Unidos a través del USAID facilitaron que las protestas llevaran a los militares a deponer a Mubarack con más de 30 años en el poder.Pero los militares tuvieron siempre el poder. Facilitaron la llegada temporal de la democracia, pero el excesivo sectarismo islámico de Morsi, llevó a que los militares lo depusieran y tomaran el poder nuevamente.

En el caso de Siria, por ejemplo, la primavera árabe no fue efectiva. Hay un guerra civil y no han podido deponer al dictador, luego de más de dos años de enfrentamiento.

En el caso de Venezuela, salir de Maduro,vía renuncia o vía referéndum revocatorio o Asamblea Nacional Constituyente implica que parte de la coalición se le voltee. En el caso de renuncia, deben voltearse los militares principalmente. En el caso de revocatorio o constituyente, deben voltearse los miembros del CNE y quizás del TSJ. También sería favorable un cambio en la correlación de fuerza en la AN. Esto implica,más que una elección de diputados, un cambio de diputados desde el PSUV a la oposición.

Si no se han dado cuenta, un cambio en la coalición implica negociación política. Implica ofrecerle a los miembros de la coalición que al voltearse obtendrán una recompensa mayor que quedarse defiendo el gobierno. De lo contrario no ocurrirá. Puede incluso haber un golpe militar para sacar a Maduro, sin que eso implique elecciones democráticas en Venezuela.

También ocurre que Maduro ha dado claras señales de estar dispuesto a dilapidar todos los recursos para mantener la lealtad de la coalición. Por eso, veremos cada vez más divisas asignadas dentro del mismo gobierno y menos al sector privado. Veremos mayor control del gobierno sobre la economía, porque la liberalización de la economía le quitaría poder económico y político al gobierno.

Si de militares se trata, la cosa es más complicada. Chávez permitió que los militares entraran de frente en la corrupción y el narcotráfico porque eso les generaba incentivos para permanecer en el poder. Ninguno de los militares de El Cartel de los Soles va a querer entregar el poder para ser perseguido por los gringos. Por ello debe haber una negociación que, incluso, involucre al gobierno de los Estados Unidos y que le garantice, como el caso de Isea, libertad a cambio de colaboración. 

Lo otro que podría ocurrir es que un grupo de militares se sientan desplazados del poder. Pero posiblemente no sean miembros esenciales de la coalición y no tengan peso para un cambio.

Tomando en cuenta todos estos argumentos,soy de los que cree que el 8D puede ser mucho más significativo como instrumento de persuasión a los miembros de la coalición que un llamado a revuelta popular.  El 8D no será para sacar con votos a Maduro, sino una forma más de mostrar resistencia. Obviamente,la grave crisis no impide que se desate de repente una revuelta como fenómeno de acción colectiva y pueda ser usado como excusa para un cambio. Pero, no es precisamente el camino más fácil.

Una revuelta requiere mucha más coordinación que un proceso electoral y el gobierno mantiene el control de la fuerza y la amenaza de represión, lo cual reduce significativamente el volumen de personas que estarían dispuesta a participar.

En conclusión, ni el 8D, ni una revuelta son garantías de cambio de gobierno. Maduro no saldrá con votos directamente.Pero un cambio en la coalición de gobierno sí podría facilitar una vía democrática como una Asamblea Nacional Constituyente o un referéndum revocatorio.El ejemplo, más claro lo dio el propio Chávez, quién no hubiese podido llegar al poder y sostenerse si las instituciones existentes entre 1995 y 1998 no se hubiesen permitido.

Venezuela requiere un enorme cambio. Las vías para que sea democrático, pacífico y sostenible están. Ojalá se logre articular.

 
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