Roberto Álvarez Bucholska: ¡Se nos hunde Caracas!


Caracas, 25 de septiembre de 2013.- Literalmente, y basta con asomarse a la Avenida Francisco de Miranda a la altura del Centro Plaza para observar cómo se hundió dicha avenida. ¿Producto de las lluvias? Bueno, creo que hay muchos países en el mundo que también tienen lluvias, y algunos con aguaceros más fuertes y prolongados. Así que eso de decir que es “por las lluvias” es simplemente un lugar común donde se excusan quienes descuidan el mantenimiento.

Habrá quien piense que las anteriores líneas tienen algo de dureza, y diría que los fenómenos de la naturaleza afectan incluso a las naciones más desarrolladas. Quien lo afirme no deja de tener razón en que puede pasarle a cualquiera un imprevisto, pero vamos a revisar un poco algunos hechos han ocurrido en nuestra ciudad en los últimos años. Hemos observado con estupor cómo se inundó la autopista Francisco Fajardo, una de las principales de nuestra ciudad, hasta el punto de tener cantidades de carros flotando sin posible control por el desbordamiento de una quebrada sin mantenimiento. Vimos prácticamente estallar una tubería principal en la avenida Raúl Leoni, conocida como Bulevar del Cafetal. Cada vez que se reporta una precipitación de consideración, vemos o escuchamos cómo a habitantes del barrio La Línea los desalojan porque corren el riesgo de terminar en el río Guaire que ha crecido sus aguas.

Incluso a los venezolanos que hemos perdido en gran medida la capacidad de asombro, nos sorprendió la noticia de que se cayó una parte de la autopista que bordea con el Guaire, porque personas que no tienen dónde vivir (recordemos el inmenso déficit de vivienda) recurrieron a cavar túneles entre el mencionado río y debajo de la vía expresa para refugiarse, lo que ocasionó eventualmente el colapso. Allí frente al Centro Médico Docente La Trinidad, junto al módulo de tránsito, el río dio un “mordisquito” a la vía y se quedó con dos canales.

Con lo anterior sólo ejemplifico algunos asuntos mayores que inciden en vialidad, y que cualquiera pudo encontrar en las noticias, y cabe resaltar que no son cosas que ocurrieron a lo largo de un siglo, sino en menos de una década. Día a día podemos encontrarnos espectaculares detalles, que tras tantos años de autoridades que se hacen a la vista gorda, muchos terminan acostumbrándose a ellos. Me refiero a, por ejemplo cuando después de un chaparrón vamos en el carro y descubrimos que hay un nuevo río, que cruza por el medio de la calle y que hay que estar muy atento, porque no se sabe cuándo el agua oculta algún “huequito” del asfalto o mejor aún, la siempre presente, o más bien ausente, tapa de la cañería.

Basta de acostumbrarse, basta de excusas, los venezolanos somos todos ciudadanos de primera y merecemos una ciudad de calidad, sin improvisación, donde las aceras sean para los peatones y no para motorizados, huecos, carros ni el nuevo río que nació porque la irresponsabilidad inunda nuestras instituciones. Ya basta.

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