Caracas, 13 de septiembre de 2013.- Desde el oficialismo se ataca duramente la gestión del alcalde Carlos Ocariz y se le acusa de no solucionar el problema que se presenta en algunas ocasiones con la recolección de desechos sólidos en Sucre. Sin embargo, surge la pregunta: ¿ese cuestionamiento es sincero o politiquero?

Los problemas con la basura en este municipio comenzaron en 2006, cuando aún era alcalde José Vicente Rangel Ávalos. Luego en plena campaña electoral para los comicios regionales de 2008, el candidato oficialista era Jesse Chacón y el gobierno nacional se trajo varios camiones de basura para el municipio.

Al perder Chacón, se fue de Petare y con él, también se marcharon los camiones. Recuerdo claramente las montañas de basura en las comunidades luego de la elección de Carlos Ocariz. Siendo alcalde electo y ni siquiera habiendo asumido el cargo, ante este hecho ya buscaban enlodar su prestigio acusándolo de no solucionar.

Desde el día 1 de su elección, ha sido una línea clara del oficialismo atacar por ese lado. Si tanto les importa el problema de la basura, ¿por qué se llevaron los camiones?

Ocariz lejos de buscar excusas, buscó soluciones. La alcaldía de Sucre "heredó" en ese entonces apenas 16 camiones de basura y una empresa recolectora de desechos cuya concesión fue otorgada por el anterior alcalde hace varios años y que además, ha paralizado sus actividades en más de 25 ocasiones por asuntos laborales y políticos. Pero con mucha inversión, se  adquirió en la nueva gestión maquinaria para al día de hoy, ya superar los 120 camiones.

El problema sigue siendo complejo, pues hacen falta más transformaciones. En Sucre se producen a diario 1.200 toneladas de basura. El costo de este servicio en la jurisdicción supera los 26 millones de bolívares, pero la Alcaldía recauda apenas 4 millones, es decir, menos del 20% del total.

Este subsidio impide al gobierno municipal asignar más recursos a otras áreas como seguridad y rescate de espacios públicos por ejemplo. La alcaldía de Sucre está asfixiada económicamente. Ante esto, Ocariz ha propuesto elevar razonablemente las tarifas de la basura y dividir el municipio en 4 zonas manejadas por empresas distintas.

Incluso, más de 12 mil habitantes de Sucre apoyaron con sus firmas estas propuestas. Ante esto, surge otra interrogante: ¿por qué no se han llevado a cabo estas medidas? Sencillamente porque para ello, el concejo municipal de Sucre debe aprobarlo. Sin embargo, no lo han hecho. Esta cámara municipal está conformada por 13 concejales, de los cuales 12 militan en las filas del PSUV. Ellos tienen en sus manos la solución definitiva al problema, pero por instrucciones políticas, no han procedido.

Un dato alarmante es que las tarifas de basura en Sucre se mantienen congeladas desde 2002. ¿Qué cosa cuesta lo mismo que en 2002 en una Venezuela con tanta inflación? Respuesta sencilla: recoger la basura en Petare.

Curiosamente, concejales oficialistas del municipio Libertador autorizaron aumentos astronómicos de las tarifas de recolección de desechos sólidos allá hace algún tiempo. ¿Por qué en Libertador es bueno, pero aquí malo?

Otro asunto importante a evaluar es que la alcaldía de Sucre elaboró un proyecto de una planta de transferencia que disminuiría considerablemente los costos del servicio. Esa propuesta fue entregada al Ministerio del Ambiente en 2011, pero el ente gubernamental ni siquiera ha dado respuesta. ¿Tienen ellos realmente la voluntad de darle solución a esto?

Por situaciones como estas, es tan importante votar masivamente el 8 de diciembre. Con Carlos Ocariz reelecto como alcalde y nuevos concejales alineados con la búsqueda de soluciones a los problemas de la gente, podremos avanzar con determinación en este y muchos otros temas.

Quienes aspiramos en convertirnos en los próximos concejales de Sucre, no vamos al concejo municipal a obstruir la labor de nadie, sino más bien, a impulsar las mejoras que sean necesarias para que nuestro pueblo tenga mejor calidad de vida.