Fernando Albán: fichado en Nueva York y asesinado en Venezuela


Caracas, 25 de octubre de 2018.- 25 de septiembre. En horas de la tarde, el diputado Julio Borges, el ex alcalde Gustavo Marcano y el concejal Fernando Albán salen de la sede de la ONU, en Nueva York, y se percatan de que tres personas los siguen, graban y toman fotos.

Durante 24 horas han sostenido diversas reuniones con delegaciones de países latinoamericanos, de Norteamérica y de Europa, y acudieron a la Corte Penal Internacional, donde denunciaron a Nicolás Maduro por violación a los derechos humanos, por lo que aquella “persecución” no les parece casual.

En lugar de confrontar a los espontáneos, informan a un policía neoyorquino que, de manera inmediata, procede a preguntarles a las personas qué buscan. En respuesta, se identifican como “funcionarios del Consulado de Venezuela”. El agente le indica que sigan, por lo que toman dirección contraria a Borges, Marcano y Albán.

“Él (el concejal) nos acompañó en Nueva York a reuniones desde el 25 de septiembre, cuando se enteró que estaríamos aquí, luego de una visita que hicimos a Washington. Él era de bajo perfil, no era un dirigente mediático, así que a partir de esos hechos lo fichan, lo identifican en Nueva York; luego lo secuestran y lo asesinan en el Sebin (en Venezuela). Mi tesis particular es que fue un asesinato”, sostiene Marcano, a título personal, sin comprometer a Primero Justicia.

La dirección del partido califica la muerte de Albán como un asesinato en los calabozos del Sebin, en Plaza Venezuela, y luego anunciado como un suicidio bajo la premisa de que se lanzó del piso 10, donde está la Dirección de Inteligencia.

Tras las pistas

En un intento por determinar qué pasó y qué pudo conllevar al gobierno de Maduro a vincular a Albán en el supuesto magnicidio, quien fuera por dos períodos alcalde de Lecherías, Anzoátegui, y diputado entre 2010 y 2013, hilvana situaciones, hechos y evidencias.

Antes aclara que el edil de Caracas no tenía nada que ver con ningún acto desestabilizador, y que se incorporó a la delegación de opositores venezolanos porque estaba en Nueva York, donde visitaba a su familia, esposa y dos hijos, que están becados y viven en un centro religioso.

“Él se sumó, como un grupo de diputados, a una serie de reuniones en las que se discutió cómo y cuándo ir a la CPI, y con delegaciones de los países que más tarde anunciaron el apoyo a la solicitud de que Maduro sea investigado por delitos de lesa humanidad. Borges, David Smoslaky y yo habíamos estado en Washington en gestión por la recuperación de la democracia en Venezuela, pero no estaba Fernando”, indicó.

Marcano ignora los nombres de los “funcionarios del Consulado de Venezuela” en Nueva York, por cuanto solo mostraron sus credenciales al policía, y no fueron detenidos. No hay datos sobre si eran venezolanos o cubanos o si aún siguen en tierras norteamericanas.

“Ellos grabaron videos, tomaron fotos y, a partir de allí, identificaron a Fernando”, insiste el ex alcalde, quien cumple un año de exilio en Miami, un proceso que califica de “duro, muy duro”, por cuanto no fue una “decisión personal”, pensada y planificada, sino producto de una huida del país ante las arremetidas del gobierno contra su persona y familia. “Ese año fue heavy”, recuerda.

Los hechos que inciden en la detención de Albán fueron de tipo político, según Marcano. De forma concreta: uno, en la 73 Asamblea General de la ONU, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había anunciado que presionaría al gobierno de Maduro, aunque asomó que podía reunirse con su homólogo venezolano; dos, Canadá se unió a la iniciativa de seis países (Argentina, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Francia) de pedirle a la CPI que investigara la violación de los derechos humanos en la nación sureña; tres, Albán es identificado como una ficha de Primero Justicia, alguien cercano a Borges, a quien Miraflores le atribuye la presunta autoría del incidente con un dron en la avenida Bolívar de Caracas, ocurrido el 4 de agosto.

“El otro hecho importante es que Alemania asume la posición de defender la democracia ante la Comunidad Europea ante España, que aboga por un diálogo que no es una salida, ni viable”, agregó Marcano.

Hasta Maduro sintió ese “golpe internacional” y, por ello ese día, 26 de septiembre, cuando ya estaba fichado Albán, de forma sorpresiva informó, a la 1:39 pm y vía Twitter, que estaba llegando a Nueva York y que iría a la ONU a “defender la verdad”. El presidente esperaba reunirse con Trump, pero no lo logró. Las delegaciones de la ONU tampoco oyeron el discurso de Maduro, así que regresó sin éxito con una numerosa representación, entre ellos ministros, agentes del Sebin, de Casa Militar, y el ministro de la Secretaría, el coronel Jorge Márquez, quien ese día amenazó a la periodista Carla Angola cuando le preguntó al mandatario si iría a ver “los narcosobrinos”.

Borges y Marcano vieron por última vez a Albán el 26 de septiembre, pues él había decidido regresar a Caracas a culminar su trabajo como concejal de Caracas y proseguir con las actividades de los comedores populares, un programa de PJ denominado “Justicia en las calles”.

El 5 de octubre, toma el avión y al llegar a Maiquetía es detenido por el Sebin, pero el gobierno no informó del hecho, por lo que PJ denunció, primero, que fue secuestrado y, posteriormente, acusó al gobierno de su muerte.

El 7 de octubre, Julio Borges escribió en su cuenta de Twitter, la razón por la cual fueron por el edil caraqueño: “Alertamos y denunciamos que @AlbanFernando, luego de pasar 24 horas desaparecido, ahora se encuentra detenido en el Sebin. Esto es una retaliación contra Albán por habernos acompañado, hace una semana, a las importantes reuniones diplomáticas que sostuvimos en la ONU”.

Marcano: Gobierno hizo operación de reconocimiento

– ¿Desde cuándo conocía a Albán?

– Lo conocí en Primero Justicia hace muchos años. Fernando estaba ligado al área social del partido con el programa Justicia en las Calles, en el cual todos somos responsables de ayudar con jornadas en comunidades afectadas por fenómenos naturales. Fuimos a la reunión de la Asamblea de la ONU y él estaba con su familia en Nueva York y se incorporó. Su esposa e hijo llevan dos años aquí; viven en una parroquia eclesiástica. Él los visitaba.

– ¿Albán estuvo en Washington?

– Él no; sí estuvimos Borges, David Smolasky y una delegación. Llegamos por vías distintas a Nueva York y nos vimos el domingo 23 de septiembre en un hotel donde conversamos. Tenía un año sin verlo por mi exilio en Miami. Borges más porque tiene más tiempo fuera del país. Luego nos acompañó a varias reuniones, el martes 25 y el 26; ese día lo vimos por última vez.

-¿Qué hicieron? ¿Albán fue a la Corte Penal?

– Hay varios hecho por el cual lo fichan. Luego de reunirnos una delegación de diputados que viven en Caracas con diplomáticos nos percatamos que éramos fotografiados por unas personas. Lo hacían cuando salíamos de un edificio a otro, de una reunión a otra. Por ejemplo, Canadá tiene una oficina aparte de la ONU y los vimos que grababan. Eran gente acreditada por el régimen, por lo que paramos a un policía, le dijimos y él se entendió con esto. Eso fue el martes 25, en la tarde. Albán no fue a la CPI pero ese día se anunció que íbamos a la Corte luego de los contactos con los representantes de Colombia, Argentina y Paraguay, que estaban convencidos de ese paso, y que se trabajó para que Canadá y dos países se sumaran a esa petición. Esos fueron hechos clave porque Albán estuvo en algunas reuniones.

-¿Dónde ocurrió el incidente con los funcionarios que los seguían?

– No conozco las calles de Nueva York; íbamos de un sitio a otro, pero al percatarnos le dijimos a un policía que abordó a las tres personas.

-¿Eran venezolanos o cubanos?

– No sé, pero estaban acreditados por el cuerpo consular.

-¿Fueron detenidos?

– No; se fueron por su lado, se hicieron los desentendidos cuando la policía los abordó. Negaron que nos siguieran, pero es un hecho determinante en lo que sucedió. Albán era concejal de Caracas pero de bajo perfil. No era mediático. Fue identificado…

-Obtuvieron una foto con ustedes.

– Fue un trabajo de reconocimiento de quienes estábamos en Nueva York. Miembros de Primero Justicia, Voluntad Popular, de Soy Venezuela. A Fernando lo fichan aquí y por eso lo secuestran en Maiquetía. Él estaba tan confiado de su inocencia, que tenía su conciencia limpia, que no hacía nada malo, que regresó. Jamás pensó que corría riesgo entrando por Maiquetía y que desencadenara en todo esto…

– ¿Ustedes confrontaron a quienes lo seguían?

– No. Simplemente le pedimos a la policía que ayudara. Ese día, debido a la Asamblea de la ONU, la cantidad de policías era impresionante. Sabíamos que eran funcionarios y que estaban acreditados. Cuando haya una investigación seria ese elemento dirá que eso marcó la identificación de Fernando por parte del régimen. Era un dirigente cero mediático, dedicado a labor social en el partido y la iglesia, con su familia en Nueva York que hacía un trabajo en una iglesia. Allí funciona una oficina de apoyo al inmigrante venezolano llamada Panas en Nueva York, que tiene una página de empleos, da asesoría legal. Fernando habló de eso, así que cuando lo secuestran ven todo esta labor tremenda y valiosa para los venezolanos.

-¿Cuándo se enteran de la detención del concejal?

– El mismo viernes. Él tuvo chance de avisar a su asistente. Sabíamos que lo agarraron entrando pero fue el sábado en la tarde cuando se confirmó que estaba en el Sebin de Plaza Venezuela. Él pudo llamar y dio instrucciones a su esposa y abogados. No podía dar detalles, así que le dijo a su esposa: no hables, escucha y ya. El domingo fue trasladado a tribunales para una supuesta presentación pero el tribunal declinó. Los abogados lo vieron y en el parte que hicieron nos dijeron: “Fernando confesó que lo presionaban duro para que grabara un audio e incriminara a Julio (Borges) del supuesto magnicidio con un dron”. Fue el último día que los abogados lo vieron.

-¿Lo golpearon?

– Ese día dijo que era presionado sicológicamente para que declarara en contra de Julio. Él estaba bien, consciente del rollo, los abogados lo vieron fuerte…

-Una persona así no se suicida…

– Eso fue una vaina mandada a hacer; fue asesinado…

– ¿Se les pasó la mano?

– Si. El diputado Jesús Matheus maneja una información de lo que pasó. No hay información oficial creíble. Nos enteramos que había un muerto en el Sebin por un rumor que circuló y por informaciones preliminares que obtuvimos el 8 de octubre

– ¿Por qué cree que el gobierno ordenó el asesinato de Albán?

– No tengo duda que fue un asesinato del régimen contra una persona con altísimos valores humanos, con alta responsabilidad, para enviarle un mensaje a cuadros medios de los partidos. Fernando regresó a Venezuela porque era una persona responsable; tenía que atender los comedores populares que tiene en las parroquias de Caracas y quería cerrar su ciclo de concejal de manera correcta. Eso habla de su responsabilidad, de su compromiso social. El gobierno actúa así en un momento de alta conflictividad social no liderada por partidos sino por organizaciones sociales. Las protestas son de enfermeros, trabajadores petroleros. Los gremios están activos. Hay cero presencia partidista. Hay una escalada represiva del gobierno contra dirigentes de trabajadores. En Guanta, Anzoátegui, detuvieron a un dirigente de la fábrica de cementos Vencemos, y luego a tres enfermeras. ¿Por qué matan a una persona y detienen a dirigentes sociales en momento de conflictividad? El régimen intenta meter miedo.

– ¿Está trabajando la oposición en una junta de transición, en un gobierno de transición?

– La verdadera oposición, no aquel sector que cree en el diálogo, sino la que confronta al gobierno, trabaja en un programa de reconstrucción del país. Ese plan cuenta con el consenso de todas las fuerzas políticas y se trata del paso a una transición democrática. Esas fuerzas creemos que la única negociación es la dimisión de Maduro y su régimen.

-¿Cuál es la “verdadera oposición”?

– La que cree que el diálogo se agotó, que insistir en eso es oxigenar al régimen. Es la fuerza que cree que la única negociación en Venezuela es la dimisión de Maduro y su régimen. A veces tienden a catalogar a la oposición por la conducta de personas como Henri Falcón, que no representa esa visión. Es un factor político. Hay que diferenciar las cosas porque hacen un daño terrible. La verdadera oposición son diversos factores políticos, como Primero Justicia, Leopoldo López, Voluntad Popular, María Corina Machado, Antonio Ledema, parte del exilio, Diego Arria, entre otros, que se unen pese a las diferencias; eso es valioso.

-Ledezma anunció que el gobierno de Puerto Rico prestaría su puerto para enviar a Venezuela ayuda en salud y alimentos. ¿Eso es parte del plan de reconstrucción?

– Es algo nuevo. No manejo esa información. Lo cierto: hay países, entre ellos Estados Unidos y otras seis naciones, no de manera unilateral, que denunciaron la violación de derechos humanos. Alemania asumirá posición en la Comunidad Europea en vista que España no entiende que el diálogo se agotó. El mundo democrático apoya la libertad y recuperación de la democracia.

-¿Está lista una Junta de gobierno?

– No está establecida, ni acordada. Solo se trabaja en un programa de acción que cada día se retroalimenta; son normas y reglas de la vida democráticas para la transición democrática.

-¿En qué consisten esas reglas?

– Incluyen duración de período de transición, quiénes la conforman, su perfil, las prerrogativas. Eso es parte de que lo que se trabaja, desde ya. Eso es necesario. Hay que estar preparado para un cambio o cese del régimen. Es un reto. No es una iniciativa de un partido, sino de la sociedad democrática.

– Si existe este plan, ¿qué debe hacer la gente? ¿Cuál es su aporte?

– Además de apoyar, organizarse. Estas protestas de organizaciones son vitales para tener el respaldo internacional y que se dé el cambio de régimen. La movilización social, a pesar del miedo, es importante, así como identificar la oposición real, no juzgarla por personas que no son opositores.

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