Táchira, 07 de julio de 2018.- La avenida Venezuela de San Antonio del Táchira, puerta de entrada y salida entre Venezuela y Colombia, se ha convertido en un ícono del abandono y la desidia. Basura, malos olores, total insalubridad y desorden, son parte del día a día al que han tenido que acostumbrarse sus pobladores desde que inició la llegada de ciudadanos provenientes de diferentes ciudades del territorio nacional.

“Esta avenida no solamente es el ícono de la diáspora venezolana, también se ha convertido en el ícono de la desidia de la Guardia Nacional, ellos se aprovechan de esa anarquía, se lucran del desorden, se llenan los bolsillos gracias a la corrupción y su inacción. Uno de los tantos casos que hay es la insalubridad, los vendedores ambulantes están trabajando sin ningún tipo de permiso sanitario. Esto es culpa de los cuerpos de seguridad y demás entes competentes de la Alcaldía”, así lo denunció Carlos Chacón, concejal del municipio Bolívar.

Destacó que el desorden que a diario se observa en esta importante arteria vial, también tiene que ver con el transporte público, pues aunque en esta jurisdicción existe un terminal de pasajeros, no es acatada la norma para el traslado de los ciudadanos, “la Guardia no lo hace respetar porque las mismas líneas piratas les pagan para que permitan cargar pasajeros en cualquier parte de la avenida”, dijo.

De igual forma, señaló que toda esta situación genera además que el porcentaje de evasión de impuestos se eleve cada día más, rondando actualmente en un 80%, gravámenes que deja de percibir tanto el municipio como la nación.

“La evasión de impuestos se ha convertido en el tema del día a día gracias a la corrupción de la Guardia Nacional, porque no solamente están trabajando de manera ilegal en las trochas o pasos ilegales, también lo hacen por el Puente Internacional Simón Bolívar, pues para que los uniformados permitan el paso de productos de contrabando, les piden lo que llaman coimas, no solo las piden en bolívares, ya piden pesos u otras divisas, pues aceptan que el bolívar ya no les aguanta para sus fechorías”, culminó el también dirigente regional de Primero Justicia.