Ángel Alvarado a La Razón: “Estamos en emergencia nutricional”


Caracas, 03 de octubre de 2017.- Ángel Alvarado, economista y diputado de Primero Justicia, afirma que ya estamos en hiperinflación en el rubro de alimentos, que es el renglón que más impacta la canasta básica de los más pobres. Destaca que esta variable es la que más impacta los niveles de desnutrición en Venezuela.

El Banco Central de Venezuela (BCV) no ha ofrecido cifras desde hace ya varios años, pero la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), de la cual usted forma parte, asumió el papel de medir la inflación. ¿Qué le dicen sus mediciones al respecto?

—La inflación en agosto la cerramos en 33,8 %, la cifra más alta en lo que va de año. En mayo la cifra cerró en alrededor de 18,20 %. Estamos hablando de que en cuatro meses la tasa de la inflación se duplicó y esto es sumamente delicado. Estamos viviendo una aceleración muy importante del flagelo. Básicamente a raíz del evento de la Asamblea Nacional Constituyente, ya que hubo un exceso de liquidez que se echó a la calle. Generalmente el Gobierno lo hace para generar una sensación de bienestar antes de alguna elección. Normalmente se siente sobre los precios entre los treinta y los noventas días, pero en este caso fue de inmediato y se reflejó especialmente sobre los precios de los alimentos, cuyo rubro tuvo un crecimiento del 50 %. Es decir, ya estamos en hiperinflación en el rubro de alimentos, que es el rubro que más impacta la canasta básica de los pobres. ·s la variable que más está impactando los niveles de desnutrición en Venezuela.

Yo quería conectar esto con el último boletín de Cáritas, en el cual se dice que la tasa a la cual creció la desnutrición en el último cuatrimestre se triplicó. En marzo, cinco de cada diez niños en Venezuela tenía algún tipo de desnutrición; en este momento son siete de cada diez niños que tiene algún tipo de desnutrición. En sectores populares, como en Petare, ya son ocho de cada diez niños; 15% del total ya sufre de desnutrición aguda.

Ya superamos el umbral de 10 % de la Organización Mundial de la Salud. Ya nos encontramos en emergencia nutricional. Cuando se le pregunta a las familias ¿cuál es la variable que más está impactando los niveles de desnutrición? La respuesta es la inflación. La inflación está disparando los números de desnutrición. A la desnutrición le estamos observando un componente exponencial y normalmente estos componentes no tienen vuelta atrás.

“Normalmente se siente sobre los precios entre los treinta y los noventas días, pero en este caso fue de inmediato y se reflejó sobre los alimentos que tuvieron un crecimiento del 50 %”.

¿Eso significa que el aumento de salarios que decretó Nicolás Maduro ya se lo tragó la inflación?

—Sí. Cuando el aumento no es una consecuencia de una recuperación económica (mayores inversiones, mayor productividad) pues simplemente su impacto es meramente salarial, lo que significa que los precios también se van a disparar en una proporción similar. Tenemos entonces una espiral inflacionaria: aumentas salarios, aumentan los precios; siempre los precios creciendo por encima de los salarios, como lo demuestran los números.

Ya el salario como tal se quedó atrás. No estoy hablando del salario integral. El salario mínimo no da sino para consumir alimentos, se ha quedado mucho más atrás. Estamos hablando de que Maduro aumenta 50 % los salarios cada dos meses, y cada mes los alimentos están subiendo 50 %, lo que quiere decir que hay una pérdida en los últimos dos meses de la mitad de la capacidad de compra del venezolano, especialmente los más pobres.

“Todo el comercio que nosotros tenemos con China es para pagar deudas”

Se ha señalado que la adopción del yuan como paridad cambiaria es una forma de huirle a las sanciones que ha impuesto el Gobierno de Donald Trump a Venezuela. ¿Cuál es su opinión?

—Hay que tomar en cuenta que las sanciones hasta ahora han sido sólo sobre las personas. Eso quiere decir que se está sancionando la corrupción, se está sancionando la violación a los derechos humanos, se está sancionando la destrucción de la democracia de un vecino cercano, un país amigo como es Venezuela, con quien Estados Unidos ha tenido una relación estrecha y cordial durante muchísimos años.

Hasta ahora los envíos petroleros a ese país en el último trimestre han aumentado. Paradójicamente, se está enviando más petróleo a EEUU, porque ese es el petróleo que genera caja, que genera flujo de divisas, que genera moneda dura, y las exportaciones de EEUU hacia Venezuela también han aumentado: diluyentes, gasolina.

Cada vez se está produciendo menos gasolina por la situación de las refinerías  de Cardón, de El Palito y en el caso de Anzoátegui. Entonces, es contradictorio: las sanciones, al final, están estrechando la relación económica entre Venezuela y EEUU y, lamentablemente, hasta ahora no hemos visto un cambio en el comportamiento del presidente Maduro.

El fin de las sanciones es que cambia su política de persecución a la oposición, a los presos políticos. Muy por contrario, estamos viendo situaciones lamentables como la muerte de un concejal la semana pasada, quien murió en las mazmorras del Sebín.

En cuanto a lo de los yuanes, el tema es que Venezuela no genera flujo de divisas en esa moneda, sino en dólares. Todo el comercio que nosotros tenemos con China es para pagar deudas; todos los envíos petroleros están simplemente pagando deuda, no se generan yuanes. Yo no sé de dónde va a sacar el Gobierno los yuanes.

Por otra parte, si China no renegocia la deuda, sino que el año que viene se le vence el período de gracia a una deuda que ya renegociamos hace dos años, y tenemos que empezar a pagar, estamos hablando de que a China se le va a pagar con unos 500 mil barriles diarios de petróleo, con lo cual Venezuela por ningún lado hay manera de que genere flujo de divisas en yuanes. Eso no tiene sentido, me parece que esa es una medida de carácter distraccionista.

Pero también las sanciones le impiden a Venezuela llevar a cabo operaciones, por ejemplo, como la de los bonos fantasmas de Goldman Sachs. ¿No le parece?

—Venezuela es el país más endeudado del mundo. Arrastra una deuda de unos 178 mil millones de dólares. Eso representa, aproximadamente, seis veces las exportaciones venezolanas durante un año. Eso quiere decir que sobre los venezolanos recae el peso de una deuda externa malamente contraída, en términos de que esos recursos no fueron utilizados para beneficio del pueblo, para la expansión de la industria petrolera.

“Sobre los venezolanos recae el peso de una deuda externa malamente contraída, en términos de que esos recursos no fueron utilizados para beneficio del pueblo”

En este momento Nicolás Maduro piensa que el problema de la deuda se resuelve emitiendo más deuda externa. Cuando tú tienes una situación donde estás sumamente endeudado, es obvio que la solución no es seguirte endeudando, y la única manera que te puedas seguir endeudando en esas condiciones es pedirle prestado a eso que en los barrios se conoce como el prestamista o el usurero.

En Venezuela hoy en día a lo único que puede concurrir es a casa del usurero, y eso fue lo que ocurrió con la operación de la Goldman Sachs. Fue acudir a un usurero para hacer una operación que es completamente absurda desde el punto de vista económico, porque Venezuela se está endeudando a una tasa de alrededor del 48 % en la operación de la Goldman Sachs.

Esa es la tasa de interés que está pagando Venezuela, una tasa de usurero. Si Venezuela hubiese ido, por ejemplo, al Fondo Monetario Internacional para pedir una cifra similar, estaría pagando el 2 %. Entonces, uno se pregunta qué es lo que es bueno para el pueblo. Lo bueno para el pueblo es crearle mejores condiciones y por eso nosotros hemos criticado esa operación.

El Gobierno ha venido realizando esas operaciones, tanto financieras, como económicas, en función de conseguir dinero para honrar sus compromisos de deuda. ¿Usted cree que podríamos declararnos en default?

—El default no es algo que se declara. Simplemente tú llegas a una situación de default, porque ya no puedes seguir. Venezuela hoy en día es un país exhausto, tanto en sus finanzas públicas, como en la capacidad de vida de los venezolanos. En la medida en que Venezuela siga pagando la deuda, está haciendo más dura la vida del venezolano.

Hay que tener en cuenta que sobre el venezolano de a pie, sobre ese venezolano de la calle, recae el peso de esa deuda externa, de esa onerosa y leonina deuda externa que contrajo el presidente Hugo Chávez, y por eso en estos momentos tenemos que ir a un proceso ordenado, en virtud de que es insostenible esa deuda; un proceso transparente, beneficioso para todo el mundo, y en el cual podamos resolver este problema.

“La única solución a este problema que está viviendo Venezuela es solicitar asistencia humanitaria y asistencia financiera”

Entre tanto, el Gobierno básicamente se enfrenta a esa disyuntiva en la cual no quiere pedir asistencia financiera internacional y la única solución a este problema que está viviendo Venezuela es solicitar asistencia humanitaria, así como pedirle a los países del mundo occidental una asistencia financiera que están dispuestos a dar.

Pero el presidente Maduro prefiere aislarse, prefiere mantener la confrontación y mantenerse al margen de la democracia. En esa situación no negocia ese peso de la deuda, no busca opciones, con lo que también actúa al margen de la Constitución. El problema de la deuda en Venezuela no se resuelve, sino cuando haya un cambio de política económica, lo cual no es posible sino cuando se dé un cambio político.

Se dice que los chinos no van a dejar que Venezuela caiga en default. ¿Está de acuerdo?

—Lo que pasa es que Venezuela está en default con China, porque dejó de pagar la deuda con China gracias a un período de gracia que se negoció. Venezuela está en una situación de default con China, default con Rusia, pues el último trimestre del año dejó de pagarle a los rusos. Parece difícil que los rusos y los chinos vayan a salvar a Venezuela.

Yo creo que estos países se han dado cuenta de que este es un Gobierno sumamente corrupto, despilfarrador, dilapidador de los recursos de los venezolanos, incapaz de resolver la situación de crisis económica que está viviendo el pueblo, pero no lo dicen políticamente. Pareciera que ellos no van a estar cediendo más dinero a Maduro para que siga endeudando al país.

“Venezuela está en una situación de default con China, default con Rusia, pues el último trimestre del año dejó de pagarles”

Sin respuestas ante la crisis

Se dice que no estamos lejos de un escenario de un dólar paralelo a 40 mil bolívares. ¿Será eso posible para finales de año?

—El dólar paralelo está reflejando que estamos en un proceso hiperinflacionario. Pero este fenómeno no sólo se ve reflejado allí, sino que el cartón de huevos se mueve al precio del dólar paralelo, los celulares se mueven al precio del dólar paralelo, el arroz se mueve al precio del dólar paralelo y cada vez más se va reflejando ese comportamiento.

El hecho es que todos los precios de los productos de la canasta alimentaria están llegando a esta situación. Aquí lo grave es que el Gobierno parece impasible frente a la crisis y no tiene respuestas. No hay un plan antiinflacionario. No hay soluciones. No hay manera de resolver este problema, sino seguir culpando a todo el mundo.

¿Qué tiene que hacer Venezuela para salir de esta situación, en caso de que vayamos a un gobierno de transición?

—El primer gran paso que tendría que dar es estabilizar la economía, lo que supone que las cuentas empiecen a cuadrar. En estos momentos las cuentas no cuadran. Tenemos una empresa como Pdvsa con un flujo de caja negativo. El 90 % de las ganancias de Pdvsa son para pagar deuda. Es una empresa que está cada vez más comprometida y eso ha generado el colapso de la vida de los venezolanos.

Debemos comenzar por arreglar las cuentas fiscales, las cuentas del sector externo. Necesitamos la asistencia financiera internacional para afrontar un plan antiinflacionario. Asimismo, hay que crear un fondo de ayuda humanitaria, de modo que podamos resolver el tema de la carencia de medicinas y de alimentos.

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