Monagas, 14 de agosto de 2017.- Para la diputada a la Asamblea Nacional por el estado Monagas, María Gabriela Hernández, los venezolanos deben estar preparados para todas las elecciones, tomando en cuenta el espíritu democrático y pacífico que los caracteriza.

Durante un conversatorio organizado por el Frente en Defensa de la Constitución y la Democracia (Decode) donde participaron todos los aspirantes a la gobernación, indicó que la abstención no es la opción para defenderse de la dictadura, por el contrario, mientras más se ejerza un derecho, mayor será el costo político para Nicolás Maduro, incluso si el CNE decide no programar más procesos electorales por miedo a perderlos.

“La abstención es positiva en algunos casos pero no en nuestra situación. Debemos agotar toda la vía democrática porque la gente quiere votar y está molesta con este régimen. No estamos legitimando al Poder Electoral porque ellos ya están deslegitimados. Estamos cumpliendo con nuestro derecho y yo me niego a entregarlo porque soy de las que defiende el empoderamiento de los derechos y de la Constitución del 99”, señaló.

Hernández admitió que ningún ciudadano conoce cómo se enfrenta a una dictadura “criminal” que irrespeta los derechos fundamentales, sin embargo,  se debe continuar en pie de lucha hasta restituir la democracia.

Aprovechó la ocasión para expresar su reconocimiento hacia todos los precandidatos a la gobernación que se medirán en primarias este próximo 10 de septiembre. A su  juicio, la pluralidad en la política implica mayor preparación y fuerzas para construir la unidad. “La única manera de ser candidata era que Monagas tuviera primarias”, añadió.

Intervención humanitaria

La también dirigente de Primero Justicia demostró abiertamente su apoyo a una intervención humanitaria, pues gracias a las políticas de hambre de Maduro, los niños no tienen qué comer y se mueren por falta de tratamientos, mientras que a los abuelos no les alcanza su pensión para comprar sus medicinas. La diputada sentenció que el régimen se vale de alertar sobre una posible intervención militar para impedir que los medicamentos y alimentos lleguen al país y amilanen la grave crisis.

“Además estoy de acuerdo con la intervención de los diplomáticos como hasta ahora ha sucedido. Estos criminales tienen que temerle a algo, y es que precisamente cuando sientan que están a salvo fuera de Venezuela, los países reconocerán que son los culpables de la pobreza, la desnutrición, la persecución y la indolencia”, dijo.