Maracaibo, 03 de julio de 2015.- “Un almuerzo en un lugar popular vale alrededor de 390 bolívares mientras que el salario mínimo diario de un venezolano es de 220 ¿Cómo el Gobierno puede ufanarse en decir que el salario mínimo es uno de los más altos del continente?”. Rafael Ramírez, diputado del Consejo Legislativo del Zulia, calificó como “chucuto” el aumento de salario mínimo que recibieron los venezolanos este mes.

Aseguró que el Gobierno celebra un aumento progresivo de salario que ellos saben que se lo ha comido la inflación. “Los siete mil 421 bolívares con 67 céntimos del nuevo salario mínimo no alcanza para nada. Este fracasado modelo en el que insisten los representantes del Gobierno está poniendo a la gente a comerse un cable”.

Destacó que en cartón de huevos vale 480 bolívares, un kilo de carne está en 750, un kilo de queso en 550. “Nada de eso puede comprar el venezolano con el sueldo de un día. ¿Qué tiene que comer el venezolano para poder sobrevivir, si lo que cobra es esta miseria? En la calle se siente cada vez más la crisis y el Gobierno viene a reírse en la cara de la gente asegurando que tenemos el salario más alto de Latinoamérica o cualquier otra mentira que se les ocurre. Con 220 bolívares diarios el venezolano sólo llega al desayuno”.

El diputado invitó a los compradores que estaban alrededor de la Plaza Los Cachos en la parroquia Santa Lucía de Maracaibo a que cumplieran con un ejercicio. Se colocaron los precios oficiales en un lado de una pizarra y cada ama de casa o padre de familia que se acercaba colocaba el precio real de cada producto. Calificó la diferencia entre el precio oficial y el precio real del mercado como una mega inflación. “No hay ninguna posibilidad de que con trabajo y esfuerzo digno se obtenga calidad de vida mientras el Gobierno no controle la inflación. Estamos cada vez más cerca de la hiperinflación”.

Señaló que Primero Justicia este año está comprometido a ganar la Asamblea Nacional y desde allí poder impulsar cambios en beneficio de la gente. “Queremos impulsar una Ley de producción nacional que le dé fuerza a nuestro aparato económico y abra paso a un nuevo sistema económico que le dé calidad de vida al venezolano y progreso a todo el país. Ese es nuestro compromiso y la gente lo apoya. En la calle sólo se escuchan dos palabras: crisis y cambio. Nosotros vamos por el cambio para salir de esta crisis”.