El Hatillo, 20 de junio de 2014.- En el marco del denominado viernes amarillo del partido Primero Justicia, en El Hatillo se llevó a cabo la actividad denominada "El Mundial del Desastre", donde los principales dirigentes amarillos del municipio portaron pancartas con los principales problemas del país. Durante la jornada de protesta creativa, Elías Sayegh, Coordinador municipal de Primero Justicia y de la Fundación Hatillanos por el Progreso, aseguró que en la grave crisis que vive el país "el gobierno utiliza el Mundial de Fútbol como una gran cortina de humo frente a todos los desastres que están ocurriendo en Venezuela. Acá nos estamos jugando la Copa de nuestras vidas, ya que el Gobierno está acabando con ellas. Nuestro deber es seguir despertando conciencias y abrirle los ojos a quienes todavía creen en el régimen madurista".

El encuentro contó con la participación de la Concejal Liris Loreto, y de los dirigentes Gorka Carnevalli, Yolanda Moya, Elaisa Ferris, José Eliseo Medina, Victoria Daboín, Daniel Lugo y Gianfrangesco Farinola quienes portaron pancartas con mensajes como: inseguridad, desabastecimiento, inflación, corrupción, entre otros.

Sayegh comentó que mientras otros países pueden estar disfrutando la pasión por el fútbol, en Venezuela se vive el Mundial de la Desgracia: "En Venezuela lo único de mundial que tenemos es una inflación mundial, una escasez mundial, una inseguridad mundial, una corrupción mundial. En todas estas materias tenemos records mundiales; mientras otros países, como nuestros vecinos pueden disfrutar de una buena situación y de un evento de la magnitud del Mundial de Fútbol", comentó.

El dirigente de la tolda amarilla señaló que hay que seguir haciendo el trabajo político de hormiguita, en todas las comunidades, barrios, urbanizaciones y calles. "Nosotros somos los portavoces de la verdad. No traemos buenas noticias, traemos la verdad duélale a quien le duela. Mientras el gobierno cambia de caras pero persiste en un modelo fracasado, el país se sigue cayendo a pedazos", afirmó.