Guanipa: “Quienes digan que las etnias fueron reivindicadas en este gobierno, vengan primero a Manantial del Cují”


Maracaibo, 09 de junio de 2014.- El vapor caliente que emerge de la tierra árida amenaza a los habitantes de los barrios Manantial del Cují y Estrella de Belén en la parroquia Antonio Borjas Romero. Son al menos 100 familias de diferentes etnias que abandonaron su lugar de origen para empezar su vida en un “terrenito” propio en la zona más alejada de la ciudad de Maracaibo.

Comunidades rurales, en su mayoría indígenas, que colindan con la parroquia San Isidro del municipio Maracaibo viven en extrema pobreza, sin ningún tipo de servicios públicos, ni fácil acceso a derechos como salud, educación o transporte. Sus habitantes piden ayuda al Gobierno. Su prioridad es el servicio de agua potable puesto que la falta de salubridad ha matado niños y ancianos. En la zona no hay electricidad, ni árboles que den sombra para que los niños practiquen deporte o se distraigan.

Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia Zulia, señaló durante la visita al sector, que frente a esa realidad está claro que mucho falta por hacer en el país. “Quienes digan que las etnias fueron reivindicadas en este Gobierno, vengan primero a zonas como Manantial del Cují o Estrella de Belén, que no se encuentran en un municipio rural. No es La Cañada, ni La Concepción, ni Machiques que tienen zonas rurales en donde los servicios públicos son abastecidos de acuerdo a esta condición; estamos en Maracaibo una de las ciudades más importantes del país y aquí, para esta gente, hay hambre, pobreza y exclusión”.

Guanipa al ver el lugar lo comparó con los descritos en la obra literaria Sobre la misma tierra de Rómulo Betancourt. Lo calificó como: “La Maracaibo profunda”. “Yo siempre he dicho que esta zona tiene un gran potencial agropecuario. Los habitantes de esta zona tienen un ranchito en medio de un amplio terreno porque ellos se dedican a la cría de ovejas y chivo. Muchas veces siembran plátano, yuca y hasta cebolla en rama y cilantro. Lo que necesitan es el impulso del Gobierno y la posibilidad de tener servicios públicos que le abra la puerta a la calidad de vida, sin sacarlos de su cultura”.

Teresa González, vecina de Manantial del Cují desde hace un año, explicó cómo llegó a la comunidad. “Yo vivía en El Marite. Me vine porque aquí me vendieron un terrenito de 15 por 20 metros, en cuatro mil bolívares. Yo siembro en mi patio topocho y plátanos y ahora mucho más que la comida está tan cara. Pero para hacer eso aquí necesitamos tener agua. Llenamos las pipas una vez a la semana, cuando viene el camión y así, no se puede uno bañar bien, menos sembrar. Necesitamos ayuda pa’ trabajar, pa’ que los muchachos estudien, pa’ poder vivir”.

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