Caracas, 10 de octubre de 2013.- La crisis política venezolana parece alcanzar niveles insospechados. Al severo problema de la legitimidad de Maduro se unen el caos social y una economía en situación de precariedad. Y por otro lado, la persecución a la oposición y el secuestro de las instituciones hacen difícil entrever tiempos de paz.

Todos estos temas fueron comentados por el Secretario Nacional de Doctrina del partido Primero Justicia, Juan Miguel Matheus. Al respecto, Matheus indico que Maduro y todos los personeros del régimen están convirtiendo a Venezuela en una bomba de tiempo, en una olla de presión en la cual crece y crece la conflictividad social. Desde hace catorce años comenzó un proceso de alejamiento de la justicia cívica y de la incumplimiento de la Constitución que hoy se traduce en la mayor crisis política de la historia contemporánea de Venezuela”.

Para Matheus “es muy grave que entre los venezolanos corran las ideas del golpe de Estado y del estallido social. Basta ver la historia de nuestro país para entender que las armas no son el cauce idóneo para solventar los problemas de injusticia política, y que la anarquía crea desórdenes dolorosos para nuestra marcha de pueblo. Pero todo ello es responsabilidad del gobierno y del cierre de los espacios para la justicia y para la libertad. Por eso, Maduro y el régimen deben enderezar el rumbo del país y crear las condiciones sociales para que sea posible avanzar hacia la transición democrática y hacia la reconstrucción nacional. Deben marcharse”.

Por último, el encargado de la Doctrina del partido aurinegro señaló que el único camino para la resolver la crisis política venezolana es la Constitución: “en nuestra Carta Magna están previstos todos los mecanismos que pueden servir de válvula de escape, de salida constitucional y legal a este mar de autocracia que ha sembrado el régimen en Venezuela. Puede pensarse en la renuncia del presidente, en unas elecciones parlamentarias adelantadas, en una Constituyente y en la renovación inmediata de todos los poderes públicos, pero urge que el régimen abra el juego político y cese en su afán de profundizar la dominación de la sociedad venezolana”.