Luis Eduardo Manzano: Siempre la culpa es de otro


Caracas, 04 de octubre de 2013.- La situación económica de nuestro país habla por sí sola: ya el salario no le alcanza a nadie para nada. Cualquier ama de casa puede contar las travesías que debe realizar para hacer mercado y encontrar los productos que busca, teniendo que ir a varios establecimientos comerciales para tratar de conseguirlos. Y lo peor es que no es seguro que los obtenga. En el interior de Venezuela es aún peor.

Hay apagones por doquier. Antes no ocurría con frecuencia en Caracas, sino en la provincia, pero ya ni siquiera la ciudad capital se salva de esta dificultad. Horas y horas sin luz han pasado vecinos de los 5 municipios de nuestro Distrito Metropolitano, sin que les den respuesta sobre por qué ocurrió.
                                                
El sistema de salud pública nacional deja mucho que desear. Los hospitales tienen personal mal pagado y baja dotación de equipos y medicamentos. Los módulos de atención primaria trabajan a medias y algunos se encuentran cerrados.

La inseguridad existente le quita la libertad al ciudadano de caminar por las calles de noche. Ya en algunas comunidades hay "toques de queda" espontáneos. Hay déficit de policías en Venezuela y tampoco ganan buen sueldo. Hay un sistema judicial que estimula la impunidad, pues la mayoría de los que cometen delitos, nunca reciben la pena que les corresponde.

El sistema carcelario presenta enormes fallas. Cada día son más evidentes por más que busquen taparlas. Por otro lado, no son pocas las escuelas del país las que están destruidas y no ofrecen a nuestros niños una educación de primera. Igualmente, muchos de ellos no tienen oportunidades para estudiar.

Entre muchos otros problemas, las realidades que hemos mencionado en este texto son algunas de las más duras que le toca vivir a los venezolanos. Lamentablemente, el gobierno nacional, en vez de ocuparse en buscar soluciones, se entretiene buscando a quién responsabilizar de todo.

Ante cualquier cosa que ocurra, siempre la culpa es de otro (el Imperio, la oposición, Capriles, Uribe o quien sea), pero nunca asumen los errores. Hace algunos meses se veía a los personeros del gobierno hablar de autocrítica en sus filas, pero eso quedó en el discurso.

Más nunca se les vio decir "Eficiencia o nada". Sólo fue un bonito slogan que nunca se tradujo en resultados positivos para nadie. Con frecuencia el oficialismo denuncia conspiraciones en su contra, pero parecieran siempre ser potes de humo para evitar que el venezolano hable de lo evidente: la situación del país no es la mejor.

Cualquiera se pregunta qué hacer ante esto, ¿Irse del país? La respuesta la dio Henrique Capriles en un acto el pasado sábado junto a quienes somos candidatos de la Unidad a alcaldes y concejales: "Luchar, luchar y luchar". La solución no es salir de Venezuela, sino organizarnos para continuar construyendo esa mayoría que ya somos.

En todas las visitas que he realizado a nuestras barriadas de Petare, he podido constatar que muchos venezolanos que hasta hace poco militaban en las filas del oficialismo, sienten mucha decepción y se han sumado a las filas del Progreso. Hoy en día, somos mayoría los que queremos un país con Justicia y Oportunidades para todos, en el que se deje a un lado la confrontación y se trabaje para buscar soluciones.

Las elecciones del 8D, son clave para el futuro de nuestra Venezuela. Es la oportunidad para ratificar lo que pasó el 14 de abril pasado. Antes decíamos que queríamos un Cambio, pero la realidad es que el país ya es otro desde hace buen rato. Sólo depende de nosotros que se consolide nuestra opción y sumemos más adeptos.

¡Hay Esperanza!

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