Caracas, 17 de agosto de 2016.- Según The Economist, publicación inglesa que desde 1843 aborda la actualidad de las relaciones internacionales y de la economía desde un marco global: “Desastre” es la palabra que mejor define la situación política y económica de Venezuela además conlleva indiscutiblemente a tomar como referencia para tal afirmación a la institución presidencial y a quien la ejerce en este momento, lo que nos hace concluir rápidamente que el señor Maduro es el peor presidente de la historia de nuestro país.
The Economist hizo un balance de la situación política, económica y social que atraviesa Venezuela por estos días, en dicho artículo se afirma que de todas las palabras poco alentadoras utilizadas para describir el estado del país, “Desastre” es la que más se ajusta al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y a su gobierno.
Bajo el actual mandato, la nación ha entrado en una fuerte caída a todo nivel, Maduro restringió la publicación de cifras económicas oficiales y sin embargo, aquellas que se han divulgado confirman que 2015 fue un año muy malo y que 2016 en definitiva es mucho peor, concluyentemente el desastre económico se evidencia cuando comparamos a Venezuela con otros países de la región.
Para colmo de males, con las decisiones que se toman desde el alto gobierno, como la resiente de aumentar el salario mínimo, sin tener impulso, control o soporte real en otros aspectos de la economía, nos llevan a afirmar que se harán realidad todos los pronósticos, es decir, seguiremos en constante recesión; además con un agravante, dicho agravante lo constituye el hecho de que se hace cada día más evidente que mientras el gobierno nadaba en la bonanza de petrodólares, no dejó dinero en ningún fondo, para tener ahorros y así enfrentar los momentos de las vacas flacas, de esa mal conducta financiera hoy se ven las consecuencias.
Algo que se palpa en el día a día de todos los venezolanos, seamos opositores y con toda seguridad sucede también con los que siguen al oficialismo, es que Maduro, más allá de sus discursos, sus bailes y sus chistes malos, ha sido incapaz de construir un modelo de desarrollo económico alternativo.
La inversión constante y fracasada en empresas estatizadas de alimentos como lo son: Lácteos Los Andes, Aceites Diana, La Gaviota, Agropatria, Pdvsa Gas Comunal entre otras, ha demostrado que no ha existido una gestión y mucho menos una administración de calidad destinada u orientada a la verdadera producción, por el contrario son empresas que arrojan balances negativos, es decir y hasta parece irónico para ellos, balances en ¨Rojo¨.
Por otra parte el problema no es solamente económico, por ejemplo tenemos que el Observatorio Venezolano de Violencia, que es un instituto de investigación independiente, dice que la tasa de homicidios en Caracas la ciudad capital, es la más alta en la región, lo cual nos lleva a pensar que el desastre es definitivamente de conducción de un país.
En medio de una larga lista de problemas que vivimos los venezolanos, que incluye como ya es sabido una altísima inflación, un déficit fiscal enorme, el decaimiento y destrucción de la infraestructura vial, la baja de ingresos petroleros para el país, tenemos que finalmente la inseguridad es para muchos el principal defecto del gobierno del fallecido presidente Chávez y del actual señor Maduro, por lo tanto todos nos tenemos que activar en el hecho de comprometernos con la agenda del Cambio, proponer salidas y soluciones desde nuestras comunidades, presentando proyectos serios ante los Consejos Municipales o ante la instancia más cercana que tenga capacidad de actuar.
Se necesitarían hojas y hojas de análisis, si nos dedicamos a estudiar todo lo que implica el gran desastre del gobierno actual, en el plano internacional somos claramente un país que da risa, con unos representantes que dejan ver la falta de preparación en el ámbito diplomático a todo nivel y sólo es otro ejemplo como ya les he dicho.
Por lo tanto queridos lectores, lo que nos toca a cada uno de nosotros es activarnos, hay que organizarse, faltan pocas semanas para la gran toma de Caracas, no hay que tener miedo de expresar nuestro descontento ante la situación actual, los que no puedan llegar a la ciudad capital, tienen y deben efectuar la toma de sus ciudades, no para destruir , ni para desestabilizar, pero si para alzar la voz y que el mal gobierno desastroso del señor Maduro de una vez por todas escuche que entienda que ya el tiempo se le acabó y que el Referéndum Revocatorio será su salida y también la salida del país de este gran desastre llamado ¨Socialismo del Siglo XXI¨, así de simple y sencillo.