Caracas, 12 de agosto de 2016.- En uno de los tantos viajes, recorriendo Venezuela para transmitir el mensaje del ¨Cambio¨, en un país que puede y tiene que ser mejor que el actual, encontrándome en una asamblea de ciudadanos en el Alto Apure, les expuse a los asistentes, lo importante que era estar comprometido con algo a diferencia de solamente participar en todo lo que tiene que ver con el gran esfuerzo por darle la vuelta a nuestro país y ponerlo en positivo.
Lo más sencillo para muchas personas es ejemplificar lo que se desea transmitir, como es mi caso, entonces procedí a indicarles a los presentes que no es igual comprometerse en un desayuno que participar en el mismo, una gallina que aporta un huevo participa, pero un cochinito que deja la vida para contribuir con jamón y tocineta se compromete hasta la muerte con el desayuno en cuestión; por lo tanto y así quedó entendido, son dos cosas muy diferentes.
Comprometerse va más allá de cumplir simplemente con una obligación, es poner en juego nuestras capacidades, nuestras destrezas y habilidades, para sacar adelante todo aquello que se nos ha confiado.
Todos tenemos compromisos de diversa índole y según el estado de la persona (como padres de familia, hijos, trabajadores, estudiantes, como simples ciudadanos, entre otros.). Aun así, hay personas que esperan exista un contrato, una promesa o algo con que beneficiarse para saberse comprometidos realmente, como por ejemplo la celebración del matrimonio, la firma del contrato de trabajo, el inscribirse en la universidad o el reto de un nuevo hijo que nacerá próximamente.
En todos los casos existe la obligación y la responsabilidad de cuidar el buen nombre de personas, instituciones y empresas con las que tenemos relación, mucho más si el asunto es un país. Es un tanto triste ver como un estudiante repudia su alma mater o como hay personas que prefieren y exaltan los beneficios que se dan en otros países, como también existen los que se quejan de su cónyuge con personas ajenas y algunos anhelan el trabajo en otra empresa, sin valorar al menos el que se tiene, sabiendo que muchos no tienen sustento fijo.
Los venezolanos que realmente estamos comprometidos con lograr un cambio positivo en nuestro país, debemos tener un norte cierto, efectuar aportes que vayan dirigidos hacia lograr la excelencia como nación, que sabemos que entregando el todo por el todo lo posible será realidad, para que Venezuela vuelva a ser líder en la región, con reconocimiento internacional; un país que esté comprometido firmemente con principios y valores para formar ciudadanos socialmente responsables para obtener una sociedad más justa y sustentable de verdad.
Amartya Kumar Sen (1933 – ), Premio Nobel de Economía 1998, explica que la sustentabilidad para una sociedad, significa la existencia de condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas que permitan su funcionamiento de forma armónica a lo largo del tiempo y del espacio. O sea, una armonía que pueda darse entre las generaciones actuales y las futuras; entre los diferentes sectores sociales y entre la población con el ambiente en el que se desarrolla.
En ese sentido, queda desvirtuado el sentido de la sustentabilidad cuando la riqueza es un juego de suma cero, en el que unos ganan lo que quitan a otros o en el que el bienestar de un grupo se facilita a costa del de otros. O en el que el desarrollo se haga a costas de la sobreexplotación de los recursos finitos o más allá de sus posibilidades de renovación.
Todo lo dicho por el señor Sen, se encuentra presente en la Venezuela actual, pero sobre todo en lo que respecta al denominado juego de suma cero, el desorden político y social reinante desde ya hace varios años, hace que vayamos en una constante involución como nación y contra eso es que hay que trabajar y luchar.
Como ciudadanos tenemos la obligación de evitar la indiferencia, no podemos quejarnos de la situación actual del país sin hacer algo para cambiarlo, debemos comprometernos en todos los aspectos que tengan que ver con las elecciones, sean cuales sean, hay que apoyar las campañas que nos beneficien a todos; se desarrollen éstas en el área de salud, laboral, legislativa, cultural, etc…; lo peor que nos puede pasar, es creer que poco podemos hacer, como si viviéramos aislados, créanme, aunque lo parezca, no estamos solos.
El aspecto del referéndum revocatorio presidencial es importantísimo en la situación que vivimos actualmente, pero no es lo único que hay que obtener; promover la seguridad, la limpieza de zonas públicas, la creación de lugares de sano entretenimiento y el lograr un buen funcionamiento de los servicios básicos para el lugar donde vivimos, por solo dar algunos ejemplos, es una manera de comprometernos con nuestra sociedad y nuestra nación, así de simple y sencillo.