La Asunción, 08 de febrero de 2016.- La realpolitik aboga por el avance en los intereses de un país de acuerdo con las circunstancias actuales de su entorno, en lugar de seguir principios filosóficos, teóricos o morales. A este respecto, comparte su enfoque filosófico con el realismo filosófico y el pragmatismo.
Hoy, queremos reflexionar sobre cómo se tergiversa esta visión para darle paso a la depravación política, de cómo algunos a santo de la Realpolitik y hasta sin conocer el término, se ofrecen y cotizan en política, cual mercancía y la política pasa de ser un arte que es ciencia y una ciencia que es arte a una vil trata de blancas donde un proxeneta compra cuánta chatarra política pueda y cuenta en ellos el desespero económico propio de estas épocas acompañados de escasa moral y voracidad por el erario público. Es así como se configura buena parte de la dirigencia política del establecimiento que no tiene visión, ideología y mucho menos, escrúpulos.
Nosotros, a pesar de tener nuestra posición Doctrinaria bien definida, consideramos que el reconocimiento a quienes piensan distinto y las alianzas programáticas en la realidad de hoy, son necesarias y útiles frente a los anacronismos ideológicos, esto es una cosa y relajar la moral e incluso las buenas costumbres es otra.
Nos parece sano y necesario nutrir nuestros proyectos políticos con visiones que acojan distintas ideologías, siempre y cuando sea en procura del bien común: que no se confunda esto con alianzas forajidas y clientelares que no son más que una transacción económica que no dista de la compra de ganado vacuno… (Bueno yo diría que más porcino por su alimentación y obrar).
Una vez, un amigo nos dijo una de esas frases que no son más que lugares comunes nos dijo: “el cementerio de los políticos está lleno de impacientes”. Yo respondí “la vida y la muerte son etapas que tenemos que pasar. Lo importante es pasarlas en paz, es decir, hay que gozar la paz de los vivos y esperar la paz de los muertos. El purgatorio, donde penan las almas, está reservado para los oportunistas que, cuál rockolla, suenan cuando le meten una moneda”.
Nuestra propuesta es dignificar la política y la acción pública y no más accidentes históricos en las lides políticas que detengan a quienes venimos a emprender en la política. Quienes concebimos la política como un medio para transformar realidades en procura del bien común porque ese es el fin real.
Los hemos visto pasar solos y en grupo, pero con la marca de origen de quienes tienen precio, quienes desde el oportunismo político, vienen a solucionarse situaciones individuales, sin importar el rumbo de la sociedad.
Sirva esta reflexión para reconocer a quienes, con esas prácticas, condenan la actividad político-pública al descrédito de la sociedad. Vamos juntos hacer de la política, un ejercicio de ciudadanía.Construyamos un sistema donde los Ciudadanos sean más políticos y los políticos, más ciudadanos. Este es el camino que emprendimos y no estamos solos.. ¡Día a día, vamos sumando voluntades!